El Hotel Sidi Saler dirá la próxima semana adiós a 35 años de historia. La empresa concesionaria de la explotación del recinto anunció ayer a los cerca de 80 trabajadores su decisión de promover un Expediente de Regulación de Empleo de extinción y les invitó a acudir al Fogasa para cobrar las indemnizaciones. "No hay ni un duro", fue el duro diagnóstico que lanzó el consejero delegado de Sidi Hoteles, Roger Zimmermann, a su vez yerno del presidente Manfred Stier.

De esta forma, la empresa aboca al recinto de El Saler a la misma situación que el Sidi San Juan de Alicante, que también echará la persiana de forma definitiva. Sidi Hoteles justificó la drástica medida por el rechazo de las plantillas a aceptar la propuesta de conversión de contratos indefinidos en fijos discontínuos para transformar los hoteles en recintos de temporada, abriendo sólo en primavera y verano. Los trabajadores planteaban como alternativa un ERE temporal para obtener una mejor cobertura en los subsidios. "El histórico de ocupación de los dos últimos años no permite optar por un ERE temporal, ya que las previsiones apuntan a unos niveles bajos de ocupación para los próximos dos o tres años", manifestó la empresa a través de un comunicado. Sidi Hoteles justificó en la negativa de los trabajadores a su planteamiento el ERE de extinción porque, según dijo, "no tiene más remedio".

El anuncio de cierre dejó desolados a los empleados. Algunos llevan en la empresa desde los años ochenta y acumulan muchos trienios en un recinto que ha sido emblemático en la ciudad de Valencia. Los trabajadores no esperaban una decisión tan drástica, aunque conocían desde hace meses los problemas económicos por los que atravesaba la empresa. El presidente del comité de empresa, Mateo Torres, señaló que la empresa hotelera ha informado de que está actualmente en manos de dos entidades bancarias, razón por la que ha decidido "declararse insolvente".

El Sidi Saler forma parte de la empresa hotelera familiar que preside Manfred Stier. Sin embargo la situación jurídica no es la misma que la del Sidi San Juan. Manfred, a través de Sidi Española, es propietario del inmueble alicantino, pero mantiene en la actualidad un litigio con el Estado por la titularidad del hotel valenciano. La Dirección General de Costas incluyó el establecimiento en el deslinde del litoral de El Saler iniciado en 2006. Costas considera que el Sidi Saler está construido sobre un cordón dunar dentro del dominio marítimo terrestre, razón por la que optó por expropiarlo y cederlo en concesión a la empresa de Stier por treinta años prorrogables a otros treinta. Esta situación esta recurrida en los tribunales.

La concesión permite a Sidi Hoteles explotar el establecimiento, pero no transmitir la propiedad. Esa es una diferencia sustancial respecto del Sidi San Juan de Alicante, que está en venta desde hace dos años y que Stier ha optado por cerrar también al no alcanzar un acuerdo con los empleados. Una vez acordado el cese de actividad, el hotel podrá cambiar de manos y pasar a un nuevo inversor y operador. Una circunstancia más complicada en el caso del Sidi Saler, ya que sólo podría cambiar de manos la concesión y no el inmueble, lo que reduce mucho su precio. La decisión de Costas limita además las posibilidades de reforma y rehabilitación del recinto hotelero, que dependerán ahora de una decisión gubernamental.

El Sidi Saler inicia así una etapa de incertidumbre pese a su privilegiada situación. Ubicado frente a las arenas de la playa de El Saler y con el Parque Natural de la Albufera a su espalda, el hotel comenzó su andadura en 1975 situándose pronto como referencia del lujo en la costa de Valencia. Sus cinco estrellas-lujo le han permitido anotarse importantes cifras de facturación hasta que a partir de 2008, con la irrupción de la crisis económica, el nivel de negocio comenzó a descender en picado especialmente en temporada baja como consecuencia del frenazo en la actividad de las convenciones y reuniones de empresa. Ahora acumula tres años de pérdidas, pero los empleados sostienen que el hotel es rentable en las estaciones de primavera, verano y gran parte del otoño.

Los empleados creen que la clausura estaba ya decidida

Ha sido cuestión de 48 horas. Los trabajadores del Sidi Saler se vieron ayer sorprendidos por una decisión que no esperaban pero que sospechaban que podría producirse después de que anteayer la empresa comunicase la misma medida a la plantilla del Sidi San Juan de Alicante. Los trabajadores creen que la empresa ya tenía decidido cerrar cuando el pasado lunes la dirección planteó la conversión de contratos de indefinidos en fijos discontínuos y la transformación del recinto en hotel de temporada con un cierre de seis meses al año. La plantilla optó por proponer como alternativa un ERE temporal a la espera de una mejora del negocio. Idéntica propuesta hicieron los trabajadores del Sidi San Juan. La respuesta de la empresa ha sido fulminante y sin margen para la negociación: ERE de extinción y cierre. En el comunicado emitido ayer por el portavoz de Sidi Hoteles, el abogado Carlos M. Noguerol, la empresa se justifica afirmando que la propuesta de reconvertir contratos y cerrar temporalmente estaba enmarcada en un plan de viabilidad.