A estas alturas de la crisis, cuando el desempleo campa a sus anchas, se está generando una falsa disyuntiva entre la necesidad de crear empleo y riqueza y la firmeza en los controles y la persecución de quienes ponen en peligro la seguridad y la salud de los trabajadores y trabajadoras a su cargo. De hecho, ya podemos detectar cierta laxitud en el empresariado y en las administraciones, responsables últimos de la prevención, como una consecuencia indeseable más de la reforma laboral impuesta por el Gobierno.

Para la UGT-PV esta y otras modificaciones legislativas, igualmente regresivas, han colocado a los trabajadores y trabajadoras en una situación más precaria si cabe, mientras que ha incrementado el poder del empresariado, alimentando los recortes de los derechos de los trabajadores en las relaciones laborales.

Controles. De esta manera, los controles son menos exigentes, las exigencias de pago de las sanciones se dejan enfriar, porque hay quien piensa que con las altas tasas de desempleo se puede poner en peligro la actividad y con ella el empleo, porque hay quien piensa que bastantes parados hay ya y que hemos de ser menos escrupulosos en esta materia.

La UGT-PV considera que nuestra sociedad no puede dar cobertura a estas situaciones y debe exigir a las autoridades que incrementen sin descanso la persecución de aquellos empresarios que mantienen unas condiciones inadecuadas en los centros de trabajo, que se llevan por delante cada día las vidas de dos trabajadores en España. Y eso que, en los últimos dos años, la crisis ha provocado la disminución de mano de obra en los sectores de mayor riesgo y accidentalidad, se ha expulsado a un buen número de empleados temporales o que reforzaban las demandas en momentos de mayor demanda.

Enfermedades. Paradójicamente, existe un creciente subregistro de enfermedades y ocultación de daños, pero ¿puede descender la declaración de enfermedades en paralelo a las caídas de los accidentes, cuando aquellas tienen un período de latencia de años que estos no tienen?

Por último, hay unos daños, que hoy denominamos emergentes pero que han acompañado al ser humano desde el inicio del trabajo por cuenta ajena: los riesgos psicosociales vinculados a los modelos de empleo y de organización del trabajo que convierten a las organizaciones en agentes patógenos que producen estrés, fatiga crónica, envejecimiento prematuro, síndrome del quemado, o violencia en el trabajo.

Lo cierto es que, con crisis o sin ellas, día a día, las malas condiciones de trabajo están privando de calidad de vida a trabajadores y trabajadoras de todos los sectores, quienes deben ser objeto de atención prioritaria por parte de los empleadores y de los poderes públicos. La UGT-PV perseverará para que el objetivo de alcanzar el empleo pleno no nos haga bajar la guardia, tenemos que seguir exigiendo el escrupuloso respeto y la protección necesaria de nuestros derechos. Pleno empleo y riqueza sí, pero seguridad y salud ante todo.

?Secretario general de Salud Laboral de UGT-PV