Los representantes de la Confederación Española de Comercio (CEC) dejaron ayer claro al Ministerio de Economía y Hacienda un mensaje que vienen reiterando durante los últimos tiempos ante el debate permanentemente abierto en el sector sobre los horarios comerciales: los consumidores no reclaman una mayor liberalización, que sólo conducirá a una mayor pérdida de empleo en el sector de las pequeñas y medianas empresas. Así se expresaba ayer la presidenta de la Confederación de Empresarios del Comercio Valenciana (Cecoval), Isabel Cosme, al término del encuentro que mantuvieron los dirigentes patronales de la CEC con el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa.

En medio de la caída del consumo, las pymes del comercio se encuentran a una "compleja" situación económica, según reconoce Cosme. En su opinión, la propuesta de mayor liberalización -impulsada por las grandes superficies- es un "falso debate, pues no existe en una sociedad que ya ha pactado en sus diferentes autonomías los horarios comerciales". En el caso de la Comunitat Valenciana, el conjunto de las organizaciones empresariales y la Generalitat, en el ámbito del Observatorio del Comercio, tienen pactados las apertura de nueve domingos y 90 horas a la semana. La confederación de pymes expresó al Ejecutivo su rechazo a un cambio de régimen de horarios comerciales y ha advertido de que de una eventual ampliación de los horarios beneficiaría a las grandes empresas de distribución. "Pondría, a su vez, en peligro la continuidad de numerosos negocios y de miles de puestos de trabajo" en el pequeño y mediano comercio.

La destrucción de empleo en los últimos años ha sido imparable. Desde marzo de 2008, el número de afiliados en el sector del comercio en el régimen general de la Seguridad Social ha caído en 45.800 personas al pasar a 247.956 personas en marzo de 2011; es decir, un desplome del 15,6 %, una de las mayores caídas de España. La CEC sostiene que los comerciantes no podrán aguantar una modificación de los horarios teniendo en cuenta la situación "complicada e incluso dramática" por la que atraviesan debido a la crisis económica. Unas 50.000 tiendas se han visto obligados a cerrar o reducir plantillas, que supone perder 200.000 empleos en los últimos dos años. La CEC rechaza ampliar más los horarios en zonas turísticas.