El continuo devenir de las modas, y por tanto, de la llegada de nuevos productos, unido al descenso de consumo, obliga a las tiendas de ropa a aplicar nuevas estrategias de venta. Desde que se inició la crisis económica los descuentos y las promociones han cobrado protagonismo en los escaparates anticipándose a los tradicionales períodos de rebajas. Los cambios parten movidos por la búsqueda de clientela que, a su vez, persigue precios bajos.

Las reiteradas remesas de nuevas existencias provocan acumulación de productos en la mayoría de las tiendas. ¿Cómo solucionarlo? En algunos comercios ya pueden verse descuentos de hasta el 50% en prendas a las que se puede dar uso en la misma temporada. Es el caso de Cortefiel. Para el encargado de un establecimiento de esta cadena, "bajando el precio de las piezas aún pueden tener salida. Si esperamos a las rebajas [en la C. Valenciana comienza en julio], en agosto ya no son útiles".

La misma fuente añade que "el consumidor de ahora compra únicamente por necesidad, no por gusto. Y solamente se anima al consumo incitado por la bajada de precios". Por eso pasearse por un comercio sin toparse con carteles de precios modificados resulta cada vez más difícil. Es por ello que esperarse a la campaña de rebajas para comprar lo mismo gastando menos, ha pasado de moda.

Los clientes acuden a las oportunidades, y esto permite la reactivación de las ventas. Tras comprobar los resultados de posibles compradores en las empresas con descuentos, los comercios se contagian del efecto llamada. Y cada cual puja por una promoción más atrayente. Sin embargo, no todo son ventajas. Para una empleada de uno de los establecimientos de ropa que ya cuenta con productos a mitad de precio, "los descuentos continuados pueden acostumbrar a las personas". "Muchas veces se aprovechan de ello, y cuando un cliente llega a la tienda y encuentra un producto que le gusta, en muchas ocasiones acaba yéndose con un: ya volveré cuando esté rebajado", dice.

En un escenario de apretar constantemente el cinturón a los precios, todo apunta a que ha quedado obsoleto el modelo de iniciar los periodos de rebajas al fin de cada una de las dos campañas anuales, que coinciden con la temporada primavera-verano y otoño-invierno.

Los comercios no pueden esperar porque corren el riesgo de cerrar sus puertas mientras los posibles actores de las ventas esperan que el producto descienda de precio.

A los descuentos aplicados entre el 26 de abril y el 15 de mayo, ya realizados en distintas temporadas desde el inicio de la crisis económica, se unen las promociones de todos los meses en algunas de las grandes cadenas textiles.