En octubre de 2006 Duque obtuvo una excedencia de la Agencia Europea Aeroespacial (la NASA europea). Con todo, permanece preparado para vuelos espaciales y pasa las pertinentes pruebas periódicas por si tiene que volverse a embarcar en un transbordador. Actualmente es presidente ejecutivo de la empresa Deimos Imagin, filial de Elecnor, dedicada a la explotación de datos obtenidos por satélites de observación de la Tierra. También es director general de la Fundación Elecnor. Deja temporalmente su carrera como astronauta para dedicarse de lleno al ámbito empresarial como directivo de uno de los grupos de ingeniería, consultoría, servicios e infraestructuras líder en España.

¿Qué puede aportar un ingeniero aeronáutico y astronauta al mundo de la economía?

En la Agencia Europea del Espacio o en la NASA, donde estuve de visita por proyectos conjuntos, aprendes después de veinte años lo importante que es alcanzar un alto nivel de exigencia profesional. Reclaman prestaciones muy altas a todas las personas. Todo el mundo tiene que estar atento a los pequeños detalles y no se pueden dejar nada a la improvisación. Ese es el ambiente aeroespacial. Sin duda, ese carácter puede trasladarse al mundo de la economía y de la gestión. Hay que ser intolerante con la chapuza como lo es un astronauta. Siempre tienes los ojos abiertos y no se deja nada para la improvisación. También tuve la oportunidad de trabajar en una situación donde tienes mucha gente a tu alrededor que te hace caso de lo que dices. Aprendí a hablar con la gente, a dirigir personas, a convencer. Son cualidades que necesita un directivo.

Ha trabajado en diversos países. ¿Con qué cultura empresarial se queda a la hora de mejorar sistemas de gestión o de productividad?

En Estados Unidos tienen actitud emprendedora y capacidad de mejorar. Siempre se busca otro sitio donde trabajar, donde ser más productivos. Los empresarios investigan maneras de producir. Eso les permite salir adelante. Es una cuestión de actitud. Las empresas tienen volumen y no se quedan en las mini empresas como en España. Están siempre dispuestos a dejar entrar accionistas externos en sus negocios, que aquí parece que nos quitan las ideas, pero no es así. Se aprende de otros. En España se enseña a buscar trabajo, en Estados Unidos a buscar a alguien con quien compartir una idea para poner en marcha un negocio.

España también es un país deficitario en inversiones en innovación, investigación y desarrollo (I+D+i)

Nunca se invierte suficiente. sobre todo mucho menos que en los países nórdicos o en Alemania. No se gasta suficiente para salir adelante. Siempre hay que comparase con el que más pone y quién más resultados obtiene.

¿Y en el sector privado?

Hay que trabajar mucho en el sector privado. En Alemania toda empresa que tenga diez o doce trabajadores siempre está haciendo innovaciones con sus productos. Trata de innovar. Aquí nos acomodamos con los que hacemos. La cultura de la investigación y el desarrollo no está tan presente en España. Sigue poco extendida.

Desde el espacio, ¿no se veía la burbuja inmobiliaria, el inicio de la recesión económica en España y otros países europeos?

No porque estuve en el 2003 y todavía no había indicios. Estábamos en pleno desarrollo del maldito boom inmobiliario en España. Después de haber vivido en varios países ya me di cuenta que la burbuja de la vivienda tendría que estallar. Daba miedo.

¿Qué soluciones pueden aportar las nuevas tecnologías a la salida de la crisis?

Solo aplicando nuevas tecnologías o tecnologías avanzadas se consiguen productos o servicios más competitivos. La única manera de ganar cuota de mercado de las empresas es hacer productos más competitivos, que se consiguen con la aplicación de nuevas tecnologías. Es lo que hace que las empresas resurjan, que saquen nuevos productos.

Eso cuesta mucho dinero y estamos en una etapa de recorte del gasto público en todas partes.

Las decisiones complicadas y difícilmente de tomar, que surgen cuando llegan las crisis, se toman mejor si las empresas está aplicando tecnologías avanzadas: sacan nuevos productos y vuelven al mercado. En medio de la crisis no se puede invertir porque no hay recursos suficientes. Hay que hacer antes los deberes.

«La economía española sigue muy anclada en sectores tradicionales»

¿Está la economía española demasiado anclada en los sectores tradicionales?

Sin duda. El sector de poner ladrillos o bloques de hormigón, uno encima de otro, sobre todo aquí en la Comunitat Valenciana, ha quedado obsoleto. Esa tecnología tiene un recorrido bastante limitado. Se satura el mercado enseguida. La economía sí está muy anclada en la construcción, con un mercado limitado.Pero también existen grandes industriales, que fabrican piezas para el Airbus u otras multinacionales que mejoran sus tecnologías y resultados para ser líderes.

En el debate sobre la energía, ¿apuesta por las nucleares?

Hay que desarrollar todas las fuentes de energía. Pero al final hay que apostar también por las renovables y las seguras. Son las dos condiciones que deben tener todas las fuentes de energía. Hay que ver el resultado operativo de las centrales termosolares ya que están arrancando y la tecnología no está totalmente madura. Tendrán buenas perspectivas. Las eólicas tienen fututo y falta explotar la fuerza del mar. Hay que romper la barrera de que estas fuentes no puedan cubrir más que una quinta pare del total. Hay que parare un poco y pensar lo que ha pasado en Japón para la nuclear.

¿Qué información aportó su satélite Deimos II sobre Japón?.

Lo más impresionante fue la gran cantidad de agua sobre una franja de 600 kilómetros cuadrados. El mismo día de la catástrofe sacamos imágenes de la zonas afectadas. Las enviamos a Naciones Unidas y con esto delimitados las zonas afectadas. Se detectaron infraestructuras, zonas dónde había más gente o qué carretera principales estaban destruidas.

¿Se frenará el desarrollo de las nucleares en Europa?.

Fukushima fue un problema que aquí no se reproduce. No soy experto en tsunamis, pero no hay ninguna necesidad de proteger una central en Guadalajara contra un tsunami. Por eso, tal vez, no estamos en el mismo caso. Es difícil ahora tomar decisiones para cualquier autoridad y expandir el uso de la energía nuclear tras la catástrofe nipona. Además ha coincidido con el 25º aniversario de Chernobyl. Japón no ha trabajado bien y tendría que haber previsto este tipo de accidentes. Por ejemplo, no poner los generadores enterrados, sino en el techo. Ha habido fallos clamorosos.