Los trabajadores de Ford España afiliados a la Confederación General del Trabajo (CGT) tienen el doble de probabilidad que el resto de la plantilla en la compañía de automóviles, afiliados o no a otros sindicatos, de figurar en los expedientes de regulación de empleo (ERE) -suspensiones temporales o reducciones de jornada- realizados por la factoría de Almussafes. Así lo prueba una sentencia del juzgado de lo Social número 10 de Valencia, que estima la demanda de CGT y en su fallo declarada "vulnerado el derecho a la libertad sindical". En esta sentencia, que no es firme, se condena a la empresa a indemnizar con 9.000 euros a CGT.

Entre los hechos probados destaca que en el tercer ERE -Ford aplicó varios expedientes durante 2008 y 2009 como consecuencia del desplome de ventas por la crisis económica- los afiliados a CGT (144 empleados) sufrieron proporcionalmente casi el doble de suspensiones de contrato y sus jornadas de regulación de empleo se incrementaron un tercio en comparación con el resto de empleados. El secretario general de CGT-PV, Antonio Pérez Collado, denuncia la "desproporción" y lamenta que la selección de los afectados por ERE -cuyos ingresos salarios son inferiores a los de una jornada habitual a pesar del pago del INEM- no responda a "criterios objetivos".

Lo mismo ocurre con la promoción interna. Ford ha mejorado la categoría profesional de 1.568 trabajadores en ocho años, entre los que sólo había 23 de CGT. Entre esos ascensos se encuentra el de un afiliado que se dio de baja para apuntarse a UGT, entonces liderada por Gonzalo Pino, actual secretario de acción sindical. CGT acusó a dicho sindicato de colocar a los familiares de sus afiliados en Ford.