El abandono progresivo de tierras de cultivo en la Comunitat Valenciana destinadas a cítricos ha vuelto a repetirse durante 2010 por la escasa rentabilidad de las explotaciones agrarias, motivado sobre todo por la pérdida de ingresos y el alza de los costes de explotación. Según el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), la autonomía registró en el último censo citrícola un total de 178.361 hectáreas, lo que supone un recorte del 3,18 % respecto a 2009.

El área citrícola abandonada se eleva a 13.953 ha en 2010, el doble que un año antes (6.698 hectáreas). Sin duda, la crisis económica determina un claro punto de inflexión y desde entonces la tierra destinada a cultivar naranjos no ha dejado de disminuir a pesar del crecimiento generado durante el arranque de la anterior década. A la vista de la situación, el secretario general de la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, considera que "urge la elaboración de un plan por parte del Generalitat para salvar la macha marrón extendida ya por toda la Comunitat Valenciana".

Otros cultivos

También decrece de manera destacada la superficie de productos como las hortalizas, frutales o viñedo. Únicamente se mantiene sin variación relevantes la extensión dedicada a los olivos. Mampel sostiene que "es necesario un plan de salvación con medidas que lleguen a los agricultores: los garantes del territorio. De lo contrario en pocos años el paisaje agrario será completamente pardo", advierte el dirigente agrario.

También el viñedo ha reducido su extensión a 80.728 hectáreas (es decir un -7,5 % en comparación con 2006), el olivar se mantiene estable con casi 95.000 ha, mientras que disminuyen los frutales un 4,89 % (hasta 141.600 hectáreas).

El informe técnico de la Unió de Llauradors destaca que el fenómeno de campos abandonados aparece ya en todas las comarcas, una situación que agrava los problemas medioambientales. Otros efectos de este abandono son el aumento de conejos o jabalíes, que provocan cada vez mayores daños, así como de caracoles y hormigas.

En otras autonomías naranjeras de España la superficie cultivable también ha mermado por el abandono de tierras tal como ha sucedido en Valencia en los últimos ejercicios. Andalucía ha perdido unas 1.000 hectáreas; Murcia, cerca de 1.400 y Cataluña se mantiene estable.