La venta de MySpace por 24,2 millones de euros, después de que News Corporation pagara por ella hace seis años 402 millones ha hecho saltar las alarmas: ¿estamos ante una nueva burbuja tecnológica?

Muchas fueron las "puntocom" que no sobrevivieron a la burbuja de 2000 y muchos ven ahora los mismos errores de entonces. Empresas con pocos o nulos beneficios, de las que el mercado hace una valoración multimillonaria basándose en un hipotético futuro esplendoroso, en el que estas compañías controlarán los principales sectores de la nueva economía. La preocupación de los analistas es que el valor que se está dando a estas compañías se mide por el número de usuarios que tienen y no por la existencia de beneficios. En esta crítica, las que salen peor paradas son las redes sociales como Facebook, Twitter o la española Tuenti, con millones de usuarios, pero con escasos beneficios y basados en la inserción de publicidad.

En 2009 Facebook estaba valorada en cerca de 1.000 millones de dólares. La entrada de Goldman Sachs y el fondo ruso DST catapultaron su tasación hasta los 50.000 millones, por encima de Time Warner. Las últimas predicciones creen que podría salir a bolsa a principios de 2012 con un valor que alcanzaría los 100.000 millones de dólares, cincuenta veces por encima de sus ingresos anuales. Facebook afirma que en 2010 llegó a facturar 2.000 millones en publicidad y agencias como eMarketer, especializadas en el sector, estiman que en 2011 esta cifra podría duplicarse, aunque no hay datos públicos sobre los beneficios reales de la compañía, ya que ésta aún no cotiza en bolsa.

En agosto pasado, Telefónica pagó 70 millones por hacerse con Tuenti, la red social española más parecida a Facebook. Tuenti ingresó cerca de 5 millones en 2009 y 10 millones en 2010. En abril de 2011 aseguró que tenía 10,7 millones de usuarios, lo que supondría casi la cuarta parte de la población española y hace pensar en la segunda de las burbujas, la del número real de usuarios registrados. De nuevo no existen datos acerca de los beneficios netos de la compañía.

La otra red social de moda, Twitter, ingresó en 2010 alrededor de 45 millones de dólares y recibió a finales de año una inversión de 200 millones que situó su valoración en los 3.700 millones, más de ochenta veces por encima de sus ingresos. Los datos más recientes del presente ejercicio mejoran su facturación hasta los 150 millones y la valoración de la empresa sube hasta los 7.700 millones, desinflando un poco la burbuja. En los mercados secundarios como SharePost, las acciones de Twitter se venden a 34,5 dólares la acción, a la espera de que la compañía de los 140 caracteres decida cotizar en el parqué.

La primera salida a bolsa de una red social la protagonizó el pasado 18 de mayo la empresa de contactos profesionales LinkedIn que puso en venta 7,8 millones de acciones a 45 dólares. La expectación generada multiplicó su valor, que cerró aquella jornada a 94,25 dólares la unidad. La compañía pasó a estar valorada en cerca de 9.000 millones de dólares, cuarenta y cinco veces por encima de su facturación anual, y con unos beneficios al año de sólo 15,4 millones de dólares.

Estas cifras no dejan de recordar a errores del pasado como Terra Networks. La filial para internet de Telefónica salió al mercado en octubre de 1999 con una valoración de 11 euros por acción; en febrero de 2000 había multiplicado por quince su precio, alcanzando los 156 euros por acción y su capitalización bursátil era superior a la de Repsol. Seis meses después de marcar su máximo cayó a los 5 euros por acción, la mitad del precio con el que había salido a Bolsa. Terra nunca obtuvo beneficios y sus pérdidas alcanzaron los 600 millones al año, para un volumen de negocio que no llegaba a 60 millones. A su fracaso contribuyó determinantemente la compra en abril del 2000 del portal Lycos por 12.500 millones de dólares, para terminar vendiéndolo en 2004 a una firma surcoreana por 150 millones de dólares.

Así y todo, sí que hay diferencias. En el año 2000 el consumo diario de internet en España alcanzaba al 5,6% de la población, mientras que en la actualidad es del 41,5%, según datos de la última oleada del EGM. Además, empresas como Facebook o Twitter han encontrado sus particulares modelos de negocio en el incipiente mercado publicitario de internet y han logrado obtener beneficios que, aunque escasos, es algo que nunca consiguieron las "puntocom" que volaron los mercados hace ahora once años.

Sin embargo, su modelo de negocio sigue despertando dudas. "Es gratis y seguirá siéndolo", tuvo que afirmar recientemente Facebook, para garantizar a sus usuarios que el tiempo que invierten en sus perfiles no será traicionado por una cuota mensual. La lógica de difusión y extensión de las redes sociales exige que sean abiertas. Cuando pones una barrera de pago, los usuarios migran a otro servicio que le ofrezca algo similar a coste cero. Y si esto es así, ¿cuánto valen 500 millones de amigos que no pagan por usar un servicio? En la economía real, los accionistas quieren y querrán beneficios y puede que no les baste con que Facebook les diga que tienen medio millón más de amigos.