Europa contra Europa. O cómo los centros financieros del Viejo Continente no consiguen ponerse de acuerdo ni siquiera para convocar una cumbre y tratar de frenar la sangría de la deuda de las denominadas economías periféricas y las amenazas a la propia supervivencia del euro, a pesar de las funestas señales que llegan diariamente. Tras calmarse las aguas de España e Italia, tras rebajar la agencia Moody's la calificación de la deuda irlandesa al nivel de bonos basura la noche del pasado martes -una decisión cuestionada públicamente desde Bruselas por "incomprensible" y por no obedecer a ningún análisis riguroso-, le tocó ayer el turno a Grecia y a otra agencia de calificación, Fitch, que rebajó cuatro escalones la deuda helena ("CCC"), lo que significa una posibilidad real de impago.

Pues a pesar de todos estos nubarrones, de las llamadas de atención del Banco Central Europeo, del Fondo Monetario Internacional, de los gobiernos de España, Italia, Gran Bretaña, Irlanda y Grecia, el Ejecutivo alemán, liderado por Angela Merkel, no dio su brazo a torcer y retrasó la cumbre convocada por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy para mañana, viernes. Una reunión que, por cierto, cuenta con el apoyo de Francia.

La llamada de atención más enérgica a la Eurozona, no obstante, llegó desde la organización que dirige la francesa Christine Lagarde. El FMI insistió en la "urgencia" de dar una respuesta sobre la nueva ayuda a Grecia, puesto que "la incertidumbre afecta negativamente a los mercados, sin lugar a dudas", señaló Paul Thomsen, responsable de este asunto en el Fondo. "El debate en la zona euro sobre la ayuda adicional y la participación de los acreedores privados en el segundo paquete de rescate es un enorme problema para la generación de confianza", señaló.

EL FMI, además, cifró en 71.000 millones de euros los que Grecia necesitará de forma adicional de la UE y en unos 33.000 millones de los acreedores privados antes de poder regresar a los mercados en 2014. La cantidad extra que debería aportar la zona euro se sumaría a los 80.000 millones comprometidos en mayo de 2010 como parte de un plan de rescate de tres años conjutno con el FMI por un total de 110.000 millones.

A pesar del llamamiento, las autoridades germanas insistieron ayer en que Grecia cuenta con financiación suficiente hasta septiembre y que por lo tanto no hay necesidad de acelerar un segundo rescate."No hay planes concretos para una cumbre especial", remató un portavoz del Gobierno alemán.

Grecia, contra las cuerdas

Mientras tanto, el primer ministro griego, George Papandreu, volvió a reclamar la aprobación urgente de un segundo rescate para evitar que el plan de ajuste económico termine en fracaso. "La incertidumbre asusta a los inversores. Si no tenemos una decisión de apoyo pronto, el programa de ajuste podría hundirse", señaló Papandreu. La agencia Fitch, en su argumentario para rebajar la calificación de la deuda griega a la altura de posible impago, considera que el país necesita una nueva ayuda para hacer frente al déficit de financiación fiscal y esperaba que dicha ayuda se resolviera en el marco de la cuarta revisión del programa realizada a principios de mes. Y subraya que "aunque los principales parámetros del programa fueron discutidos en el Ecofin del 11 y 12 de julio, no se aclaró ni el volúmen ni los términos de la nueva ayuda o la naturaleza de la participación del sector privado", en un claro mensaje a las autoridades de la Eurozona.

Irlanda pide ayuda

Las urgencias también apretaron ayer en Irlanda, donde la rentabilidad del bono a diez años subió hasta el 13,697 % tras la rebaja de calificación de su deuda por parte de la agencia Moody's, un coste muy difícil de digerir para cualquier economía. El primer ministro irlandés, Enda Kenny, señaló que "se está usando a Irlanda para mandar un mensaje a Europa"" pues, en su opinión, "no refleja los esfuerzos efectuados para cumplir con las obligaciones adquiridas en su rescate financiero", valorado en 85.000 millones de euros.

Italia acelera y refuerza su plan

El gobierno italiano, a la vista de la situación, decidió ayer acelerar y reforzar su plan de ajuste por valor de 43.000 millones de euros. Entre las nuevas medidas se encuentra retrasar aún más la edad de jubilación, incluir un plan de privatizaciones e incluir una nueva tasa s0bre los depósitos que aumentará gradualmente según la cifra de que se trate.

Con este plan, que previsiblemente se aprobará el próximo viernes, se pretende aplacar las fuertes presiones de los mercados a un país con una deuda pública superior al 120 % del PIB.

El Ibex 35 sube y la prima de riesgo española se modera

La prima de riesgo española, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo, volvió a moderarse ayer y cerró en 307 puntos básicos, desde los 314 en que finalizó la víspera. Tras varios días de ataques a la deuda soberana europea, los rumores que apuntaban que el Banco Central Europeo (BCE) había adquirido deuda italiana y española ayudaron a mejorar el comportamiento de los mercados, una situación que se ha visto apoyada por la decisión de Italia de aprobar el próximo viernes su plan de ajuste. Todas estas noticias han propiciado que la rentabilidad del bono español a diez años bajara al cierre de la sesión hasta el 5,822 %, frente al 5,854 % de ayer, mientras que el alemán subió hasta el 2,748 %. También a Bolsa española subió ayer el 0,66 %, hasta los 9.666,90 puntos, en una jornada en la que los mercados no penalizaron la rebaja de calificación de Moody's a la deuda de Irlanda y con la que su selectivo IBEX 35 rompió una racha de siete sesiones consecutivas de descensos.