La auditora KPMG considera que existe una "incertidumbre sobre la capacidad" de la CAM "para continuar con sus operaciones, de forma que pueda realizar sus activos y liquidar sus pasivos". La firma, que durante dos décadas supervisó las cuentas de la caja alicantina, incluidas las de 2010, donde no apreció ninguna salvedad, hace esta afirmación en el informe de revisión sobre los estados financieros de la CAM que ayer remitió a la CNMV y en el que da su visto bueno a la situación contable de la caja correspondiente al primer semestre del año que hace unos días presentaron los administradores nombrados por el Banco de España tras la intervención de la entidad el pasado mes de julio y que reflejan unas pérdidas en el semestre de 1.136 millones.

Los auditores vinculan la persistencia de esas dudas -o su fatídica concreción real-a varios factores y afirman que "la evolución de su negocio y la continuidad de sus operaciones dependerán del éxito del plan de acción que los administradores provisionales están elaborando, de la continuidad del apoyo financiero o de la participación en Banco CAM de entidades solventes". La advertencia no dejaría de ser una obviedad si no fuera por la extrema situación que vive el sistema financiero, con los mercados cerrados a causa de la exposición del sector a la deuda soberana, la presión a la baja de los inversores bursátiles, la inmisericorde batalla de las entidades por encontrar liquidez que les permita devolver sus vencimientos y el parón en la vivienda. Todo ese cúmulo de circunstancias convierten en estos momentos en una aventura de altísimo riesgo la indispensable compra de la entidad por otro operador. De todos son conocidas las crecientes reticencias de los grandes bancos españoles a erigirse en salvadores de la CAM por el temor a ser penalizados de forma severa.

La nota explicativa que los administradores de la entidad presentaron ayer ante la CNMV acompañando el informe de la auditora lo cierto es que no invita al optimismo, si no más bien a la inapetencia por parte de esos posibles compradores. Así, en un momento en que es casi imposible conseguir financiación, quien se quedara con la CAM debería hacer frente a 5.925 millones de euros en vencimientos en 2012 (tras los 1.413 de este año), a otros 1.848 en 2013 y a 12.132 a partir de este último ejercicio. En total, 19.905 millones a partir del año que viene.

Además de las ya mencionadas pérdidas del semestre, las cuentas de la entidad revelan una morosidad del 19,1 %, cuya procedencia mayoritariamente está vinculada a la vivienda. Así, el informe de los administradores pone de relieve que un total de 6.437 millones de los 12.677 de exposición de la CAM al sector inmobiliario a cierre del primer semestre son declarados como dudosos, es decir, un 50,7 %. A la citada cifra hay que sumar otros 1.334 millones que son considerados créditos subestándar (con debilidades de pago). El informe contempla también 635 millones en créditos fallidos. De los 12.677 millones mencionados, 1.687 no tenían garantía hipotecaria y otros 3.200 correspondían a suelo.

La CAM tenía concedidos a su clientela al finalizar junio pasado 49.576 millones en créditos. El 35,2 %, es decir, 17.500 millones, estaba vinculado al ámbito de la construcción: 2.957 millones a empresas constructoras y 14.500 a actividades inmobiliarias y servicios empresariales (esta cifra es superior a los citados 12.677 millones porque engloba dinero prestado a firmas del sector para otras actividades). Más del 40 % de los citados 17.500 millones -unos 7.117- había entrado en mora. La otra gran partida en la actividad crediticia de la CAM, con un 39,41 %, es la financiación para comprar vivienda, si bien en este caso la morosidad se queda en el 5,4 %: 1.060 de un total de 19.539 millones. La industria solo recibió el 3,67 % de los préstamos.

Las cajas pierden 25.921 millones en depósitos en un año

Las cajas de ahorros obtuvieron un resultado atribuido a la sociedad dominante de 2.130 millones de euros en el primer semestre del ejercicio 2011, lo que supone un incremento del 17,7 % en relación al mismo periodo del año anterior, informó ayer la patronal Ceca. El saldo de depósitos se estableció en 750.470 millones de euros, lo que arroja una disminución del 3,3%, es decir, 25.921 millones menos que hace un año. El pasivo de las administraciones públicas cayó un 20,4 % y registra un saldo de 30.549 millones. El crédito se redujo un 3,1 % en junio en relación al mismo mes del año anterior y se estableció en 900.484 millones de euros (28.805 millones menos), importe que recoge una reducción de los préstamos hipotecarios del 4,7%, hasta 556.506 millones.