Los últimos 230 trabajadores de Bancaja incluidos en el plan de prejubilaciones aprobado tras la integración de la entidad en Bankia han sido llamados, entre el martes y hoy, a firmar el finiquito que certifica su salida de la entidad. Fuentes sindicales consultadas por este diario aseguraron ayer que, con estos abandonos, prácticamente está cerrada la reconversión laboral en la caja, que ha afectado a unos 900 empleados. Tan solo se mantienen en sus puestos, de entre los trabajadores mayores de 55 años -que percibirán el 95 % de su sueldo bruto-incluidos en los despidos, apenas dos decenas de personas que trabajan en algunos departamentos de los servicios centrales de Bancaja.

Paralelamente a estas prejubilaciones, Bankia ha procedido a una reordenación de su plantilla para cubrir las vacantes que se han producido, sobre todo en las oficinas. Así, a la Comunitat Valenciana han sido destinados unas 150 personas que trabajaban en otras autonomías, tanto en Bancaja como en las otras seis entidades que forman parte del grupo: Caja Madrid, Caixa Laietana, Caja Ávila, Caja La Rioja, Caja Segovia y Caja Insular de Canarias.

Las fuentes consultadas aseguran que en el archipiélago es donde había más problemas de exceso de personal, al desparecer los servicios centrales de esa entidad más las oficinas de Bancaja y Caja Madrid. De ahí que la mitad de los citados 150 procedan de Canarias y que, de ellos, cuarenta hayan sido destinados a las oficinas de Castelló. La otra mitad viene de Madrid, la zona centro de España y Andalucía, en este último caso todos ellos empleados de Bancaja en esa autonomía. La mayor parte de los servicios centrales de la valenciana ha sido transferida a Madrid, donde está la sede operativa del grupo, mientras que el resto se mantendrá para dar servicio a lo que será la territorial de Bankia en la Comunitat Valenciana y Baleares, que es la zona que le ha correspondido a Bancaja.

En este sentido, las citadas fuentes justificaron las necesidades de personal en la caja en que el previsto cierre de oficinas de Caja Madrid en la zona se está ralentizando ante la inminencia -abril de 2012- de la integración operativa de todo el grupo, dado que el sistema informático que se implantará será el de la caja madrileña y no tendría sentido que los empleados de la entidad en Valencia aprendieran el sistema de Bancaja si en menos de un año ya no van a utilizarlo. De ahí que estas fuentes teman nuevos despidos el año que viene.