Bancaja consumó ayer la sustitución del consejero delegado del Banco de Valencia, Domingo Parra, entidad que controla con un 39 % del capital, por Aurelio Izquierdo, actual director general de negocio de Bankia, el banco conformado por la caja valenciana, Caja Madrid y otras cinco firmas de ahorro de menor tamaño. El banco atraviesa una etapa de grandes turbulencias propias de la crisis que afecta a todas las entidades financieras, aunque su tamaño y su exposición al sector promotor e inmobiliario —en especial, su participación como acreedor en el complejo Polaris World de Murcia— han deteriorado el balance y la solvencia de una entidad que antes de la crisis era un bocado muy apetecible para cualquier inversor. Las otrora muy rentables acciones han ido perdiendo valor con el transcurso de la crisis, en especial en los últimos meses, hasta el punto de que su capitalización bursátil ha pasado de 1.300 millones en mayo a 426 ayer. Las cuentas también se han visto afectadas, con un descenso del beneficio del 64 % en el primer semestre y una morosidad próxima al 7 %.

Algunas fuentes consultadas aseguran que José Luis Olivas, presidente de las dos entidades valencianas, vino a decir ayer en el consejo de Bancaja que la sustitución de Parra, aquejado recientemente de problemas de salud, se debía a su voluntad de ser relevado. Otras fuentes, por contra, apuntan que el presidente de Bancaja había recibido presiones de algunos accionistas para que sustituyera al consejero delegado. El Banco de Valencia admitió ayer que Parra, debido a los 17 años que llevaba al frente de la entidad y a las cláusulas de su contrato, cobrará una indemnización con su marcha. Preguntado Olivas al respecto por los consejeros de Bancaja antes de la reunión, éste les informó que ésa sería una negociación que llevaría él personalmente, y se negó a avanzar cuantía alguna.

Por su parte, Izquierdo no ha durado ni cuatro meses en Bankia, donde ocupaba uno de los cargos de mayor relevancia —controlaba la red comercial— y ejercía como número dos de Bancaja en la entidad, solo por detrás de Olivas, también vicepresidente ejecutivo de Bankia. La firma liderada por Rodrigo Rato aseguró ayer en un comunicado a la CNMV que la marcha de Izquierdo, quien era director general de Bancaja desde 2007, se produce «a iniciativa propia», lo que significa, según aclaró la entidad, que se va sin cobrar indemnización. Tampoco de Bancaja, donde ha sido sustituido por Juan Zurita. No obstante, el consejo de administración de la caja que autorizó estas decisiones también dio su visto bueno por unanimidad para que Olivas negocie el nuevo contrato de Zurita y la rescisión del que tiene Izquierdo con la caja.

La salida de Izquierdo hay que interpretarla en el marco de la lucha de poder y de culturas financieras que se está produciendo en Bankia entre los hombres de Caja Madrid y de Bancaja. Los altos cargos de la caja valenciana que se han trasladado a la capital, donde está la sede operativa del grupo, no acaban de encajar en una entidad donde se está imponiendo la cultura financiera de Caja Madrid. Izquierdo, además, es un especialista del área financiera y mucho menos de la comercial. Las fuentes consultadas aseguran que había perdido protagonismo desde la contratación de Francisco Verdú como consejero delegado y pretendía regresar a Valencia. La ocasión para recolocarlo —al igual que ha hecho recientemente Olivas con la responsable de gobierno corporativo de Bankia, Isabel Rubio, a la que ha situado como secretaria general de la fundación Bancaja— ha llegado con la voluntad de sustituir a Parra en el Banco de Valencia.

La entidad sube en bolsa hasta un 20 %

La entidad con sede social en la calle Pintor Sorolla protagonizó ayer una de las mayores subidas en los valores cotizados en el parqué bursátil español. El Banco de Valencia llegó a crecer hasta un 20 % a media sesión y el valor de sus acciones mejoró al cierre de la jornada a 0,865 euros por título, lo que supone un incremento diario del 12,3 %. El «subidón» del banco que preside José Luis Olivas coincidía también con al anuncio de la fusión entre el Banco Popular y el Pastor, lo que también alimentó en el mercado el movimiento de acciones en el negocio financiero. A lo largo del día hubo un volumen de negociación de 1,6 millones de títulos del Banco de Valencia, que en lo que va de año el desplome de la capitalización bursátil es del 73,6 %. j. l. z. valencia