El Banco de España intervino ayer tarde el Banco de Valencia con una inyección de 1.000 millones de euros de dinero público y facilitará 2.000 millones de linea de crédito para asegurar su liquidez, según informó el organismo regulador. Banco de Valencia es una entidad integrada en Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la filial de Bankia presidida por Rodrigo Rato que posee el 27% de la entidad valenciana. Está previsto que el consejo del BFA se reúna esta tarde.

El Banco de España ha sustituido a los administradores de la entidad a petición de su consejo y lo administrará para estabilizarlo y recapitalizarlo con el fin de afrontar su posterior enajenación. En el momento de la suspensión, que se produjo a las 15.56 hora local, la entidad caía un 3,27 por ciento, hasta los 0,74 euros.

Con este objetivo, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), organismo dependiente del Banco de España, ha suscrito capital del banco por importe de hasta 1.000 millones y le ha otorgado una línea de crédito de 2.000 millones para asegurar su liquidez.

Los depositantes y acreedores "pueden estar absolutamente tranquilos, ya que las decisiones adoptadas garantizan que Banco de Valencia podrá seguir operando con normalidad y cumplirá con todas sus obligaciones frente a terceros", sostiene el Banco de España.

La decisión de la comisión ejecutiva del Banco de España se produce tras constatar que el Banco de Valencia no ha podido adoptar las medidas adecuadas para asegurar su viabilidad, y tras enviar recientemente un escrito a sus administradores requiriendo una solución "urgente y definitiva" para su situación.

El consejo del Banco de Valencia manifestó formalmente al Banco de España la imposibilidad de encontrar de inmediato una solución viable de futuro y solicitó la sustitución de sus administradores por otros designados por el FROB. El peso del Banco de Valencia en el sistema bancario español es del 0,74% del total de los activos, según los datos que maneja el organismo presidido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

Hace unos días, el Banco de Valencia reconoció que estaba siendo inspeccionado por el Banco de España y que tenía unas necesidades de capital y de provisiones no especificadas, pero que según fuentes financieras podrían situarse entre los 600 y 800 millones de euros.

Banco de Valencia, que registra una elevada exposición al sector inmobiliario y podría requerir provisiones por entre 600 y 800 millones de euros, estaba preparando una ampliación de capital para fortalecer su solvencia.

El anterior presidente de la entidad, José Luís Olivas, dimitió el pasado 28 de octubre para evitar conflictos de competencias. Aurelio Izquierdo asumió el cargo de presidente.

Se trata de la cuarta entidad financiera que interviene el Banco de España desde que comenzó la reestructuración financiera, tras Caja Castilla-La Mancha (CCM), Cajasur y la Caja Mediterráneo (CAM), y la segunda de la Comunitat Valenciana.