Los pronósticos se cumplieron y ayer el Banco de España adjudicó la CAM al Banco Sabadell, el único que finalmente concurrió a la subasta de la entidad. El banco catalán pagará un simbólico euro por quedarse con los activos de la caja alicantina, que previamente habrá recibido una inyección de capital de 5.249 millones de euros por parte del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para sanear su balance, lo que convierte la operación en el rescate financiero más caro de la historia de España, incluso superior al de Banesto en 1993.

Además, el Sabadell dispondrá también de un generoso Esquema de Protección de Activos (EPA) que cubrirá el 80% de las pérdidas que genere la cartera crediticia más problemática de la entidad durante los próximos diez años; y también contará con avales públicos para asegurar su liquidez.

No obstante, como se encargó ayer de destacar el Banco de España en su comunicado oficial, los contribuyentes no pagarán ni un sólo euro de este dinero para evitar que el déficit público se dispare, una de las condiciones que impuso el Ministerio de Economía para aceptar la adjudicación y que provocó que la resolución de la subasta, prevista para el pasado viernes, se retrasara. Por eso es, el Fondo de Garantía de Depósitos, que se nutre de las aportaciones de todas las entidades financieras, quien asume el coste de todas las ayudas en lugar del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que es de titularidad pública.

De esta forma, se pone fin a casi cinco meses de incertidumbre sobre el futuro de la CAM, desde que el pasado 22 de julio la caja fuera intervenida y se encargase al FROB su gestión, mediante el nombramiento de tres administradores: José Antonio Iturriaga, Tomás González y Benicio Herranz. Para el Sabadell, la compra de la CAM supone un paso de gigante, ya que aumentará un 75 % su volumen y se convertirá en una entidad sistémica.

Más ayudas iniciales

Lo anunciado ayer por el Banco de España supone que la CAM recibirá más ayudas iniciales de las previstas el día de su nacionalización. Entonces, la intención era que el FROB le inyectase 2.800 millones de euros para que la caja cumpliese con los nuevos mínimos de solvencia marcados por el Gobierno. Sin embargo, el Sabadell entendía que la situación de la caja se había agravado en estos meses -las pérdidas sumaron 1.731 millones hasta septiembre y sólo en el tercer trimestre sufrió la retirada de 2.200 millones en depósitos- por lo que solicitó más fondos para evitar que la integración de la caja alicantina lastrase su propia solvencia.

Al final, el supervisor aceptó que la inyección total de capital antes de su adjudicación -lo que supone, en realidad, ayudas a fondo perdido- fuera de 5.249 millones de euros, que asumirá por completo el FDG, tras la reforma que aprobó el Gobierno el viernes pasado para permitir que este fondo se hiciera cargo de los rescates de las cajas sin coste para el erario público. En estos momentos, el citado fondo dispone de unos 6.500 millones, cantidad suficiente para abordar la operación.

Pérdidas de 5.548 millones

Para las pérdidas que aparezcan tras la adjudicación, se ha establecido un EPA que cubrirá créditos problemáticos, activos adjudicados y las participaciones inmobiliarias de la CAM por un importe de más de 24.000 millones de euros y que estará vigente durante los próximos 10 años. Esto, sin embargo, no significa que el Sabadell vaya a disponer necesariamente de toda esa cantidad. Para empezar, porque el FGD sólo asume el 80 % de las pérdidas y el restante 20 % lo tiene que poner el banco presidido por Josep Oliu. Además, para gastar todo el EPA tendrían que declararse morosos todos los créditos cubiertos y que los inmuebles que los avalan pasasen a costar cero.

Según los informes encargados por el Banco de España a auditores externos, las pérdidas reales serán de unos 5.600 millones de euros. De ellos, sobre 3.900 se cubrirán con las propias provisiones que ya ha dotado la CAM y serán los restantes 1.700 los que saldrán del EPA.

Las condiciones de la adjudicación también incluyen facilidades para que la caja siga disponiendo de liquidez. Así, al crédito de 3.000 millones concedido el día de la intervención, el FROB sumará ahora avales públicos para que el adjudicatario de la CAM pueda recurrir en la cantidad que necesite a los créditos a bajo interés que otorga el Banco Central Europeo, que en estos momentos ya tiene unos 7.700 millones concedidos a la entidad alicantina.

Marca diferenciada

En cuanto a los planes del Sabadell, la intención del grupo que preside Josep Oliu es mantener una red diferenciada para aprovechar el arraigo que la marca CAM tiene en Alicante, el resto de la Comunitat Valenciana, Murcia y las Baleares. Aunque aún se están analizando todas las alternativas, lo más probable es que esta red opere bajo la denominación Sabadell-CAM, siguiendo el camino marcado por anteriores integraciones protagonizadas por el grupo catalán. Así, las oficinas del antiguo Banco Atlántico se llaman ahora Sabadell-Atlántico y las del Banco Guipuzcoano, absorbido el año pasado, trabajan con la marca Sabadell-Guipuzcoano.

La entidad no quiso hablar ayer de los posibles recortes de personal que se producirán en la CAM, aunque se ha barajado que podría existir un excedente de plantilla de entre 800 y 1.000 personas, una cifra que se trataría de reducir ofreciendo traslados a los afectados. Tras la aprobación por parte de la comisión rectora del FROB, la adjudicación de la CAM al Sabadell todavía debe recibir el visto bueno de las autoridades de competencia de la UE.