El presidente del Banco de Sabadell, Josep Oliu, anunció ayer el cierre de la tercera parte de la red de oficinas de la CAM —especialmente fuera de los territorios de la Comunitat Valenciana— con motivo de la adquisición de la caja por parte del banco catalán, que mantendrá la marca a nivel autonómico. El ajuste, en concreto, afectará a 300 de las 939 oficinas, según precisó el consejero delegado de la entidad, Jaime Guardiola, quien prefirió evitar dar mayores pistas sobre el ajuste de personal.

El Banco de Sabadell, al que el pasado miércoles le adjudicó la CAM el Banco de España por el precio simbólico de un euro, después de que la caja recibiera una inyección de 5.249 millones de euros por parte del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), precisó, no obstante, que aprovecharán los servicios centrales de la CAM en Alicante, «estableciendo allí uno de nuestros centros operacionales», que podría ser el del negocio de clientes.

Oliu, tras destacar la importancia para todo el sector financiero de la compra de la CAM, precisó las fuertes sinergias que para el grupo resultante tendrá la operación, que se cifró en 112 millones en 2012, 230 millones en 2013 y 331 en 2014. Para conseguir los primeros beneficios en 2012, el Sabadell seleccionará las sucursales a cerrar y aplicará las prácticas de trabajo y su modelo operativo en la red de la CAM, con el que espera conseguir un 20 % más de eficiencia en los servicios a los clientes.

Para digerir la compra de la caja, el Banco de Sabadell prevé apelar a los mercados para ampliar el capital en más de mil millones de euros. En una presentación a analistas remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el banco presidido por Josep Oliu prevé además generar de forma interna otros 2.100 millones de nuevo «core capital», incluyendo la conversión de participaciones preferentes de la entidad alicantina por acciones, de modo que su capital quedará reforzado en 3.100 millones de euros.

Josep Oliu calificó de «operación dura» la integración, que va a durar dos años —finallizará el 8 de diciembre de 2013—, aunque descartó que pueda producir riesgos sustanciales al grupo, porque se realiza tras el saneamiento previo de la CAM con la inyección de 5.800 millones de euros a los fondos propios de la caja. El FGD hará una aportación inicial de 2.800 millones y otra adicional de 2.500 más los 500 que ya poseía la CAM. Además, cuenta con el Esquema de Protección de Activos (EPA) hasta 24.600 millones de euros, que cubre suficientemente las estimaciones de pérdidas esperadas en los próximos diez años.

La entidad cuenta, además, con el aval del Estado de 4.800 millones de euros para emisiones y la garantía de 7.700 millones para el recurso existente ante el Banco Central Europeo (BCE). El grupo resultante de las dos entidades tendrá una cuota en el mercado de depósitos que pasará del 3,7 % al 6,2 % y en el de créditos del 3,6 al 6,2 %, duplicando su base de clientes —de 2,5 a 5 millones—.

Pero al margen de las cifras, el dato que más preocupación despertó ayer fue el de la reducción de las oficinas y su posible afección a las plantillas, a pesar de que el director de operaciones del Sabadell, Miguel Montes, precisó que «el ajuste de personal será lo menos traumático posible».

Sin embargo, el anuncio supuso un duro revés para los sindicatos, que consideraron que la cifra de cierres anunciada, según sus cálculos, podría afectar a alrededor de un millar de empleados, por lo que reclamaron negociar prejubilaciones como la salida menos traumática. Tanto desde el Sicam —mayoritario en la CAM—, como desde CO OO, UGT consideraron excesiva la desaparición de trescientas oficinas y, sobre todo, que el anuncio se realizara tan sólo 24 horas después de la adjudicación.

Por otro lado, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, declaró ayer que la entrega de la CAM al Banco de Sabadell es «un regalo» a una entidad privada con dinero público. Méndez, además, calificó de «lamentable» la acelerada bancarización del sistema de cajas».

La cartera industrial se pondrá en venta

El presidente del Banco de Sabadell también se refirió a la cartera industrial de la CAM, dejando caer su posible venta. «Vamos a analizar los componentes de la cartera industrial, aunque lo más lógico es que sea disponible para la venta, pero sin prisa», dijo. Uno de los factores que parece haber pesado en esta decisión se encuentra en los resultados, ya que el 60 % de las participadas cerró el año 2010 con pérdidas. Actualmente, la CAM mantiene una participación del 6 % en Sol Meliá, del 5 % en el grupo turístico alemán TUI y otro 5 % en Natra, todas cotizadas, y cuyos resultados en bolsa no son muy halagüeños.

Además, la caja alicantina tiene participaciones en un centenar de compañías que le han obligado a restar 30 millones de euros en las cuentas de 2010. El problema para deshacerse de estos paquetes empresariales es que su situación económica negativa les hace muy poco atractivos a posibles compradores. La sociedad que más pérdidas registró fue Tenedora de Inversiones y Participaciones S. L., una firma especializada en la tenencia de acciones de compañías del sector inmobiliario que tuvo en 2010 un balance negativo de más de 88 millones de euros. Inversiones Hosteleras La Jaquita, por ejemplo, perdió también más de once millones. En total, el sector del ladrillo acapara casi 40 de las 67 sociedades vinculadas a la caja alicantina, lo que indica el excesivo peso de este sector. levante-emv valencia