El consejo de administración de Bancaja dio ayer su visto bueno a la designación del expresidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Francisco Pons, como nuevo vicepresidente de Bankia, cargo en el que relevará al máximo dirigente de la entidad de ahorros, José Luis Olivas, quien dimitió el pasado 21 de noviembre, el mismo día en que el Banco de Valencia era intervenido por el Banco de España. Olivas se vio forzado a dimitir por su responsabilidad en la gestión del banco valenciano, que presidió desde 2004 hasta el 28 de octubre, cuando dejó la plaza al exdirector general de Negocio de Bankia, Aurelio Izquierdo.

La propuesta aprobada ayer será elevada al Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia con el 52 % del capital y en el que Bancaja tiene el 37 %, cuyo consejo se deberá pronunciar a favor del nombramiento de Pons antes de que lo haga oficial Bankia, que es al que corresponde la designación. Una cuestión de formas. La reunión de ayer no fue un camino de rosas para Olivas. Se produjeron seis abstenciones, procedentes del bloque socialista, y catorce votos a favor (PP). Las fuentes consultadas aseguran que los vocales que se abstuvieron quisieron mostrar, de esta manera, su rechazo por la forma en que se ha designado a Pons. No votaron en contra porque no dudan de la idoneidad del empresario para el cargo. Hubo cuatro intervenciones explicando la abstención y en todas ellas se dejó constancia del malestar por el ninguneo al que se sometió al consejo de Bancaja en este proceso y por que ayer se le pidiera que ratifique decisiones previas. Olivas, según esas fuentes, admitió que "las cosas se podrían haber hecho mejor".

La cuestión es que la elección de Pons se ha realizado completamente al margen de Bancaja. La opción de Pons se acordó el 28 de noviembre, una semana después de la dimisión de Olivas, en una cena en Valencia en casa del presidente de AVE, Vicente Boluda, a la que asistieron Pons, Juan Roig y Federico Michavila, por parte del grupo empresarial, además del presidente de Bankia, Rodrigo Rato, y el consejero delegado, Francisco Verdú. El acuerdo recibió el visto bueno del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, preocupado por la pérdida de peso valenciano en Bankia. La decisión causó gran malestar en la mayoría de consejeros de Bancaja, que consideran que se debía haber contado con la entidad de ahorros o incluso que uno de ellos debía haber sucedido a Olivas. Eso fue lo que criticaron ayer del proceso con su voto seis de ellos, que, según las fuentes, se expresaron con inusitada dureza.

Por otro lado, Olivas accedió, a propuesta de uno de los vocales, a invitar a Pons al consejo de la caja, cuando lo considere oportuno, para explicar su actuación en Bankia.

En la reunión de ayer no se trató sobre la vicepresidencia del BFA, dejada también vacante por Olivas, ni sobre la continuidad de este como presidente de la caja, si bien la sensación generalizada entre los consejeros es que no tardará en producirse el relevo de este en la persona de Pons,tal como abogan en la propia AVE, que ahora tiene a dos socios en el consejo de Bankia, ya que Francisco Juan Ros García es vocal desde junio. Tras el paso dado ayer por Bancaja, de carácter formal y auspiciado por el propio Pons para rebajar los ánimos en el consejo, el nombramiento de este como vicepresidente de Bankia se espera para el mes de enero.