El primer ministro italiano, Mario Monti, ha advertido a la canciller alemana, Angela Merkel, y al presidente francés, Nicolas Sarkozy, que no pueden dirigir la Unión Europea en solitario, y ha reclamado un mayor protagonismo de Italia y otros Estados en el debate para la solución de la crisis de la deuda.

En una entrevista que publica el rotativo "Die Welt" con motivo de su visita a Berlín, donde hoy se entrevistará con la canciller, Monti se distancia además de Alemania y Francia por su actuación en la crisis de la deuda.

Ambos países no deberían "ponerse demasiado en las alturas" al hablar de disciplina presupuestaria, comenta el primer ministro italiano, quien destaca que el peor error de los últimos diez años lo cometieron precisamente Alemania y Francia en 2003 al incumplir los criterios de Maastricht.

Pese a todo subraya que "la buena cooperación del tándem franco-alemán es una condición indispensable para el desarrollo de Europa", aunque señala que "eso no es suficiente, menos aún en una Europa de los 27", al reclamar mayor protagonismo de otros países, entre ellos Italia.

Merkel y Sarkozy "cometerían un grave error si piensan que ellos solos podrán dirigir la UE", afirma Monti, para quien "Europa debe tener varios centros. E Italia es uno de ellos".

"Somos un país fuerte, orgulloso y tenemos una economía efectiva en principio", afirma el primer ministro italiano, quien expresa su temor a que se produzcan protestas antieuropeas en su país si no se logran progresos claros ante los "duros sacrificios" exigidos.

"Si para los italianos no se producen en un tiempo previsible éxitos palpables para su disposición al ahorro y las reformas surgirá en Italia una protesta, también contra Alemania, considerada la cabecilla de la intolerancia de la UE, así como contra el Banco Central Europeo", señala Monti.

El jefe del Gobierno italiano dice que exige personalmente "duros sacrificios de los italianos, pero solo puedo reclamarlos si se perfilan a cambio ventajas concretas".

"No podré tener éxito si no cambia la política de la UE. Y si esto no sucede puede suceder que Italia, que siempre ha sido un país proeuropeo, caiga en los brazos de populistas", advierte.

Pese a todo, reconoce su admiración por este país al comentar que "siempre he trabajado por una Italia que se parezca lo más posible a Alemania. Me gusta mucho Alemania. Sobre todo por su mayor logro, la economía social de mercado".