Los problemas financieros de la Generalitat han acabado afectando a una entidad, la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) de la Comunitat Valenciana, cuya misión principal es avalar a empresas viables que, por su cuenta, no han logrado créditos en las entidades financieras. La sociedad podría quedar paralizada —incluso no ser viable— si el Consell, a través del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), no hace efectiva una aportación de capital de 15 millones, que estaba presupuestada para 2011. El director general de la SGR, Juan Manuel García Puchol, niega que la entidad pueda tener problemas de futuro y espera que el dinero público llegue este mes de enero.

Afirma García Puchol que el año pasado, en vista de que «la necesidad de provisiones tendía a aumentar» por el impacto de la crisis sobre las empresas y la consiguiente subida de la morosidad, así como de las crecientes necesidades de capital básico establecidas por el Banco de España y la Autoridad Bancaria Europea, «nos quisimos anticipar a posibles problemas y planteamos a la Generalitat una ampliación de capital».

Del capital total de la SGR, un 12 % corresponde a los socios protectores y el 88 %, a las empresas con aval. Según García Puchol, de los doce puntos de los primeros, once son de la Generalitat (11,8 millones de euros) y el restante, de una cincuentena de entidades financieras con aportaciones muy testimoniales, a excepción de Bancaja y la CAM, cada una con 2,3 millones. Como ambas estaban —y continúan— en procesos de integración con otras entidades y la Generalitat sigue siendo la administración autonómica que participa en menor porcentaje en su SGR (un 11 % frente a la media de un 21 % en España), se acordó que el IVF suscribiera totalmente una ampliación de capital que evitaría a las cajas aportar dinero y elevaría su participación en la sociedad.

El compromiso consistía en que la Generalitat inyectaría 15 millones este año, que ya han sido consignados y que Puchol dice que llegarán este enero. Pero todavía no lo han hecho. Hay otros 15 millones acordados cuya concreción es si cabe más complicada. Responden a una «voluntad», la de que salgan de una partida presupuestaria de 2012 dedicada genéricamente a apoyo al sistema financiero. García Puchol admite que ese dinero «podría o no ir a la SGR».

Dinero

Así que estamos ante un dinero que debería haber llegado antes del 31 de diciembre y no lo ha hecho y otro que podría no llegar. 30 millones en total. Fuentes de toda solvencia de la sociedad consultadas por este diario aseguran que ese capital es indispensable para que la SGR pueda mantener su actividad como avalista, fundamentalmente porque debe servir para compensar el déficit actual, situado en torno a los 40 millones. «Sin ese dinero, no puede mantener el coeficiente de solvencia y no puede seguir dando avales; para seguir operando necesita más capital», afirma una de las fuentes consultadas, que añade que los consejeros de la entidad no van a querer «asumir la responsabilidad de seguir dando avales sin cobertura del capital».

El director general de la SGR, por su parte, afirma que la entidad no tiene «ningún déficit patrimonial», dado que terminó «el año con unos recursos propios de 78 millones y los requerimientos exigidos por el Banco de España ascienden a 75 millones», con lo que «cumplimos con un superávit de tres millones» que para 2012 elevó a cuatro. En este ejercicio, los recursos propios caerán a 65 millones, según García Puchol, pero habrá menos dotaciones a efectuar porque descenderá la actividad por la crisis y por los vencimientos de viejos avales.

Así que el director general de la SGR —una de las fuentes consultadas opina que el IVF podría estar retrasando su inyección monetaria con el propósito de forzar el cambio de los gestores— no barrunta problemas en el horizonte —«Este tema no nos preocupa», afirma— y asegura que el recurso al dinero de la Generalitat se debe al objetivo de «tener un margen de seguridad» en cuanto a capital. No descarta acudir en el futuro a Bankia o el Sabadell, los actuales dueños de CAM y Bancaja, pero esta vez no lo ha hecho.

Una cartera de avales con 3.800 empresas y la morosidad en el 10 %

La Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) de la Comunitat Valenciana actúa como avalista de una empresa que no ha logrado que una entidad financiera le preste dinero. Como se hace cargo del riesgo, la entidad tiene la obligación, como un banco cualquiera, de hacer dotaciones, que en el caso de los impagos alcanzan el 100 %. Si es calificado como subestándar (por ejemplo, una empresa inmobiliaria por los riesgos que se presuponen a ese sector) la provisión supera el 10 %. La SGR valenciana, presidida por el máximo dirigente de la patronal de Castelló, José Roca, tiene en la actualidad una cartera de avales cifrada en 3.800 y la morosidad ha subido hasta el 10,4 %, un porcentaje razonable, según su director general, Juan Manuel García Puchol, si tenemos en cuenta que la media del sector financiero está en el 7,4 %. j. c. valencia