El peor año de la crisis para la zona euro ha significado para su primera potencia una buena cosecha. Mientras países como España, Italia, Grecia, Irlanda o Portugal aplican duras medidas de ajuste y ven cada vez más lejos la ansiada recuperación, la máquina alemana funciona a pleno rendimiento. Alemania cerró el ejercicio de 2011 con un crecimiento de su Producto Interior Bruto del 3 % gracias al tirón de sus exportaciones, que aumentaron un 8,5 %, la ligera mejora del consumo privado y público, favorecido por un desempleo a la baja que apena alcanza ya al 5,5 % de la población activa.

Con estas cifra macroeconómicas nadie diría que la locomotora germana forma parte de un continente sumido en la atonía productiva y acosado por los mercados financieros. La república federal logró contener su déficit público hasta situarlo en apenas 1 % tras dos años de incumplimientos del Pacto de Estabilidad. Mientras el resto de países sufre para colocar su deuda soberana, los inversores sortean la incertidumbre comprando bonos alemanes. Ayer, el Tesoro germano Alemania colocó bonos por valor de 3.153,30 millones de euros, con vencimiento el 24 de febrero de 2017, a un tipo de interés medio del 0,90 % y una cuota de aceptación de 2,8. La demanda dobló la oferta.

El pasado lunes colocó 3.900 millones en letras al -0,012% en plena ola de miedo en los mercados. Por primera vez registraba intereses negativos, es decir, los inversores pagarán por poner a resguardo su dinero. O lo que es lo mismo: Alemania sale ganando con la tormenta financiera y refinancia su deuda reduciendo sus costes financieros y por tanto sus desequilibrios presupuestarios.

Hay otro factor de la crisis de la eurozona de la que está sacando ventaja el país que dirige la canciller Angela Merkel: La debilidad del euro. Los ataques a la moneda común perjudican a los países con balanza comercia negativa, encarece las importaciones y abarata las exportaciones. ¿Y quién saca provecho de esa situación? Alemania. Aunque ha perdido la primera posición como potencia exportadora en favor de China, sigue siendo líder en ventas de maquinaria, vehículos, química y equipamiento para el hogar (electrodomésticos). Se trata de productos muy demandados por las potencias asiáticas. Las exportaciones a este tipo de países permitieron a Alemania recuperar su economía en 2010, tras sufrir una recesión en 2009 (como el resto de la UE).

Los centenares de ingenieros y técnicos cualificados de países como España que emigran a la república germana en busca de empleo completan el cuadro de beneficios colaterales. Un fenómeno que mengua el capital humano de los miembros emisores.

La larga lista de beneficios podría explicar la aparente parsimonia con la que Merkel negocia las soluciones a la crisis de la eurozona. Sin embargo, la obsesión por la austeridad y la ausencia de soluciones podría tener efectos a medio plazo también en los alemanes. La UE sigue siendo su principal cliente y el estancamiento de la eurozona reduce su capacidad de consumo. En el último trimestre de 2011 Alemania ya ha registrado un descenso del PIB del 0,25 %. "Tanta austeridad es una bomba de relojería para Alemania. Puede afectar a sus exportaciones y su banca está muy infectada de deuda pública europea", opina el catedrático de economía Joaquín Maudos. Este investigador del IVIE opina que la ausencia de estímulos puede resultar perjudicial a medio plazo para la primera economía del continente.