El sector naranjero de la Comunitat Valenciana ha decidido tomar cartas en el asunto ante la gravedad de la crisis citrícola, cuya campaña de 2011/2012 puede concluir como una de las más catastróficas de la historia para los agricultores dado el desplome de precios y el elevado volumen de producción sin vender. La consellera de Agricultura, Maritina Hernández, reunió ayer a los dirigentes de organizaciones de la actividad citrícola para poner en marcha un plan de reestructuración que incluye el impulso de procesos de concentración de la oferta para atajar el exceso de minifundismo y de la comercialización; así como de programas de reconversión varietal que adecuen oferta y demanda durante la larga temporada de mandarinas y naranjas.

"El Consell y los dirigentes agrarios quieren mejorar la estructura de la cadena de valor en su integridad y adoptar soluciones conjuntas para todos los operadores de la cadena agroalimentaria", aseguró Maritina Hernández. A través de grupos de trabajo que se pondrán en marcha la próxima semana, organizaciones agrarias, cooperativas y empresarios también defenderán una postura unitaria para aportar propuestas a Bruselas en el documento de reforma de la Política Agraria Común (PAC). El secretario general de La Unió de Llauradors, Ramón Mampel, así como el presidente de AVA, Cristóbal Aguado, coincidieron ayer en la necesidad de buscar soluciones urgentes para evitar el mayor abandono de campos. No descartaron nuevas movilizaciones.

La distribución, ausente

En el encuentro participaron los líderes de las organizaciones agrarias (Unió de Llauradors, UPA, AVA-Asaja, Fepac-Asaja y Asaja Alicante), de cooperativas agroalimentarias, además de los responsables de Anecoop (cooperativa líder en la comercialización de frutas y hortalizas) y del Comité de Gestión (comercio privado). Al evento no acudieron representantes de la distribución, parte de la cadena agroalimentaria que mayor margen comercial obtiene y que impone los precios al resto del sector.