El período de arranque de viñedo 2008-2011 concluyó con el arranque en la Comunitat Valenciana de un total de 5.079 hectáreas, el porcentaje más elevado tras Castilla-La Mancha, según aseguró ayer la Unió de Llauradors con datos del Fondo Español de Garantía Agraria (Fega). La reforma de la Organización Común del Mercado en el sector del vino, contempla la implantación del régimen de arranque de viñas durante las tres campañas anteriores, circunstancia que permitió a los viticultores retirar de la producción vitivinícola las superficies aceptadas y percibir una prima por arranque.

Estas ayudas para el arranque de viñedo las recibieron un total de 2.031 beneficiarios en la Comunitat Valenciana por un valor económico total de 1,7 millones de euros. Tanto en número de hectáreas como de beneficiarios e importe económico la Comunitat se sitúa en segundo lugar por detrás de Castilla-La Mancha, donde se han arrancado en esas tres campañas más de 68.000 hectáreas, de las casi 94.000 del total de España. Entre Castilla-La Mancha (72,4 %) y la Comunitat Valenciana (5,4 %) representaron el 78 % del proceso de arranque de viñedo estatal.

Los datos de arranque de viñedo ponen de manifiesto que aquellas autonomías con una orientación a la calidad y una posición consolidada en el mercado no se han visto en la necesidad de recurrir al arranque. En este sentido destacó La Rioja o el País Vasco, que no solicitaron ni una sola hectárea de arranque, o Castilla y León, que apenas tuvo 32 solicitudes. Por el contrario, se observa que en aquellas regiones productoras como la Comunitat, con una preponderancia de los vinos a granel, los titulares de las explotaciones se han visto obligados a solicitar el arranque.