Conforme aumenta el número de informaciones que apuestan por una inminente fusión entre Bankia y CaixaBank, la inquietud va creciendo entre los empleados del primero, procedentes en su mayoría de Bancaja y Caja Madrid. Y no es para menos, si tenemos en cuenta las estimaciones que maneja UGT sobre los efectos laborales que tendría la operación. Fuentes de este sindicato consultadas por este diario aseguran que el grupo resultante sumaría unos 50.000 puestos de trabajo y estiman que el 20 % de los mismos estarían en peligro. Es decir, unos 10.000 empleos.

La fusión de ambas entidades daría lugar a un monstruo financiero con una cuota de mercado próxima al 25 % y con más de medio billón de activos, lo que lo situaría muy cerca de las magnitudes del segundo banco español, el BBVA, al que también se ha situado como posible salvador de Bankia. El banco participado por Bancaja, muy perjudicado por la elevada exposición al riesgo inmobiliario de las cajas valenciana y madrileña, podría requerir entre 7.500 y 9.000 millones de euros en provisiones adicionales para cumplir las nuevas exigencias que tiene previsto aprobar el Gobierno la semana que viene.

Esa abultada cifra, más los 1.300 millones en capital que reclama la Autoridad Bancaria Europea, pondrán a la entidad presidida por Rodrigo Rato en una tesitura muy complicada, hasta el punto de que, según todos los observadores, requerirá su absorción por una entidad más solvente. Caixa Bank, el banco de la catalana La Caixa, podría ser la solución, siempre y cuando se salven las dificultades políticas y se establezcan ayudas que eviten intentar arreglar un problema generando otro, como sucedió con Bancaja y Caja Madrid.

Las mencionadas fuentes sindicales aseguran que en la plantilla de Bancaja hay temor ante lo que ven como un inminente recorte de plantilla fruto de esa operación y recuerdan que el proceso de nacimiento de Bankia se ha efectuado a costa de reducir el número de trabajadores en cerca de 4.000. En relación con esto, añaden que la las dos entidades tienen muchas duplicidades de oficinas, sobre todo en los territorios de origen de cada una de ellas —Comunitat Valenciana, Cataluña y Madrid—, lo que hará necesario el cierre de muchas sucursales.

En este sentido, precisaron que La Caixa, que en el actual proceso de concentración del sistema financiero solo ha absorbido a Caixa Girona, sin duda aprovecharía una operación de las citadas características para proceder a un recorte considerable en el número de empleados.

Zurita abre la puerta a Aurelio Izquierdo

El director general de Bancaja, Juan Zurita, ha decidido, tras menos de cuatro meses en el cargo, acogerse a la prejubilación instaurada en la entidad para los mayores de 55 años. Ha seguido los pasos de una veintena de empleados en su misma situación que se mantuvieron en la caja para culminar el proceso de integración en Bankia.

A todos ellos, la empresa les ha pedido que se prejubilen antes del 31 de enero, entre otros motivos por un cambio fiscal que ahora les beneficia, según fuentes de UGT. La salida de Zurita abre la puerta para el regreso a la entidad de su antecesor, Aurelio Izquierdo, quien ha pedido la reincorporación tras la intervención el 21 de noviembre del Banco de Valencia, del que era presidente y consejero delegado.

El presidente de Bancaja, José Luis Olivas, intentó colocarlo como director financiero, pero el último consejo de la caja rechazó la iniciativa por su elevado sueldo y la ausencia de funciones. Queda también por ver quién hereda la dirección de la unidad de negocio en la Comunitat Valenciana y Baleares de Bankia que ostentaba Zurita. El nuevo responsable debería designarlo el banco con sede en Madrid.