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El Banco de España llama la atención sobre la generosidad demostrada por la CAM con aquellas empresas en las que participaba y que pasaban por momentos de apuro, siempre con la excusa de que la declaración de un concurso de acreedores supondría un mayor quebranto para la caja ya que sería la última en cobrar al ser también propietaria. Uno de los mayores beneficiados por esta particular política comercial es la promotora Hansa Urbana, de la que CAM posee un 30% y que se ha librado de declarar la suspensión de pagos gracias a que la entidad ha aceptado en pago por su abultada deuda varios terrenos en Zaragoza, Valladolid y México, entre ellos los de Cabo Cortés en los que se prevé edificar un megacomplejo residencial junto a una zona catalogada como reserva natural.

En este caso, sin embargo, se puede interpretar que la exdirectora general de la caja, María Dolores Amorós, que propuso la operación de condonación de deuda en junio de 2011, estaba en realidad devolviendo un favor anterior al grupo. En diciembre de 2010 la firma controlada por la familia Galea aceptó participar en una doble operación que permitió a la CAM anotarse unas plusvalías de 40 millones, un dinero que le vino muy bien a Amorós para poder declarar beneficios en ese ejercicio a pesar de la elevada morosidad y los enormes problemas que ya arrastraba la todavía Caja del Mediterráneo.

Por su parte, al aceptar condonar 108 millones de euros de deuda por los citados terrenos, la situación financiera de Hansa Urbana mejoró notablemente y le permitió negociar de manera más ventajosa con el resto de entidades a las que le debía dinero. La operación de canje de deuda por terrenos fue aprobada en el consejo de administración de CAM el 30 de junio de 2011 aunque no se cerró hasta septiembre de ese mismo año, ya cuando la entidad estaba bajo el control del FROB, según afirmó entonces a este diario el director general de la compañía, Juan Rafael Galea. El Banco de España considera que el canje sobrevaloró los terrenos.