Banco Mare Nostrum (BMN), fruto de la fusión de las cajas de Murcia, Penedés, Granada y la balear Sa Nostra, es hasta el momento la única entidad que públicamente ha expresado su interés por adjudicarse el Banco de Valencia, intervenido el 21 de noviembre por el Banco de España y cuyo proceso de subasta es inminente. La operación cuenta, sin embargo, con algunos inconvenientes que podrían ser decisivos para la subasta, si bien no hay que olvidar que una cosa es lo que el Gobierno pretende y otra bien distinta lo que es factible, como sucedió en la primera fase del proceso de reestructuración financiera. Un primer dato a tener en cuenta es que BMN fue una de las entidades que recibieron ayudas del FROB, en concreto 915 millones de euros. El ministro de Economía, Luis de Guindos, parece dispuesto a impedir que bancos ayudados por el FROB se queden entidades intervenidas o nacionalizadas, como sería el caso. Quiere operaciones viables. Cosa bien distinta es que, como sucedió con el Sabadell y la CAM, solo presente una oferta vinculante BMN y el Ejecutivo prefiera saltarse sus propias normas antes que dejar desierta la subasta.

A este escollo -todo indica que el real decreto de la reforma financiera no lo contempla explícitamente-, se podría añadir un nuevo obstáculo. Uno de los propósitos del presidente de BMN (y de Caja Murcia), Carlos Egea, es conformar una entidad con gran presencia en el arco mediterráneo, pero aquí las duplicidades en la red son de consideración, lo que conlleva cierres y despidos, cuando BMN ya recurrió al FROB precisamente para hacer la reestructuración interna de las cuatro cajas que lo integran.

Según los datos recogidos por este diario en Banco de Valencia y Caja Murcia, entidad que lidera BMN, el banco valenciano, que en los años noventa absorbió el 100 % del Banco de Murcia que poseía Bancaja, tiene en estos momentos 63 oficinas en Murcia y otras 63 en Alicante, además de 21 en Barcelona, zona de operaciones de Caixa Penedés, y 10 en Baleares, origen de Sa Nostra. En la provincia de Valencia llega a 160. Por su parte Caja Murcia dispone de 228 sucursales en su autonomía de origen, de 80 más en Alicante y 30 en Valencia. Esto quiere decir que Caja Murcia tiene 308 oficinas entre Murcia y Alicante (338 si se suma Valencia) y Banco de Valencia suma 126 en Alicante y Murcia (286 si se añade Valencia). Son muchas sucursales, si bien el secretario general de CC OO en la entidad intervenida, José María Puchades, aseguró ayer a este diario que "no nos preocupan las oficinas, sino los trabajadores" y añadió que Caja Murcia tiene la ventaja de contar con una red que le permitiría reubicar plantilla.