Bankia decidió ayer, en el último momento, no presentar la oferta vinculante por la catalana Unnim que su presidente, Rodrigo Rato, llevaba semanas anunciando como la primera opción que manejaba la entidad financiera de cara a la segunda oleada del proceso de fusiones. De las seis entidades que habían presentado una oferta previa se ha caído también el fondo de inversión JC Flowers. De las cuatro que quedan en liza, la aragonesa Ibercaja parte en cabeza en los pronósticos, seguida del Banco Popular, BBVA y Santander.

Pese a las reiteradas manifestaciones de Rato -así lo dijo en Valencia recientemente, cuando se le preguntó por qué se interesaba por Unnim, una fusión de cajas que fue nacionalizada, y había dejado caer el Banco de Valencia, ahora intervenido y con similares problemas con el ladrillo que la entidad surgida de la unión entre las cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu-, la operación comportaba algunos de los inconvenientes que no la hacían deseable para el Ministerio de Economía ni para el Banco de España, que en la reforma financiera han puesto énfasis en que las operaciones de fusión se produzcan entre entidades viables y que no hayan recibido ayudas públicas. Unnim tiene unos activos de unos 30.000 millones de euros, unas pérdidas de 107 millones al finalizar septiembre de 2011 y unas 600 oficinas, con una gran implantación en la provincia de Barcelona, la misma zona de procedencia de una de las siete cajas que integran el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia: Caixa Laietana.

Bankia, que ayer no quiso explicar los motivos por los que ha descartado pujar por Unnim, ha recibido 4.465 millones de euros del FROB. Algunas fuentes aseguran que el ministro de Economía, Luis de Guindos, se ha mostrado inflexible con Rato y, finalmente, tal como trascendió con la aprobación de la reforma financiera, ha denegado la posibilidad de que un banco que recibió préstamos públicos se alíe con una entidad que haya recibido ayudas del FROB. Es lo que sucede con Unnim y Bankia y, en este caso, no con los otros cuatro bancos que han acudido a la puja. Además, estas fuentes aseguran que el titular de Economía reprocha a quien fue su jefe durante los gobiernos de José María Aznar que no acudiera al rescate del Banco de Valencia por considerarlo una mera inversión financiera y permitiera que fuera intervenido por el Banco de España.

Si la decisión del Gobierno se mantiene en próximas operaciones de fusión, Bankia se va a encontrar con serios problemas para hallar un compañero de viaje en este nuevo proceso. Desde luego, no podría optar ni por Catalunya Caixa ni por NovaGalicia Banco ni, por lógica, por el Banco de Valencia. Uno de las novias que se habían barajado en las últimas semanas y que incluso llegó a plantearse a los presidentes de los gobiernos central y catalán, fue CaixaBank, el banco de La Caixa, pero todo indica que la entidad catalana se encuentra especialmente interesada por el banco gallego. Así las cosas, Bankia, participada por Bancaja, tal vez no tenga otra opción que seguir su camino en solitario, a pesar de que en el sector hay cierta coincidencia en que lo va a tener muy difícil.

Su tamaño -y sus problemas- es tal que un banco mediano o pequeño que esté saneado difícilmente querrá entrar en una operación con Bankia a no ser que obtenga ventajas seguramente desproporcionadas. La otra vía sería alguna de los tres grandes: BBVA, Santander y CaixaBank. Pero los dos primeros no parecen interesados. Bankia dice que podrá cumplir a través de sus propios medios con las nuevas exigencias de provisiones del Gobierno. Pero, a modo de ejemplo, la entidad que se adjudique Unnim podrá contar con recursos para afrontar eventuales pérdidas y disponer de un año más de margen para sanearse.