Los planes de reestructuración de Ford Almussafes en sus diferentes áreas de negocio para ahorrar costes han provocado una nueva víctima entre las industrias auxiliares que prestan servicios para la compañía del automóvil. Se trata de Servicios Auxiliares Logísticos (SAL), una mercantil encargada de la gestión de documentación del tráfico de vehículos de transporte y que después de treinta años de servicios se ve abocada a presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) para extinguir sus 63 puestos de trabajo al perder la relación comercial con Ford España.

La dirección de la multinacional automovilística ha optado por adjudicar a una unión temporal de empresas -entre las que participa Bergé- el servicio hasta ahora realizado por la citada firma valenciana SAL, propiedad de Transroures. Fuentes del comité de empresa, donde participan UGT y Comisiones Obreras, han denunciado la decisión de Ford España porque la nueva firma que prestará el servicios se ha negado a subrogar la plantilla de SAL para desarrollar dicha actividad, que se realizaba en la terminal de transporte de la factoría con sede en Almussafes. Según fuentes sindicales, la firma valenciana también se ha visto obligada a presentar un concurso de acreedores porque su futuro es incierto tras perder a Ford como cliente.