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La recaudación reflejada en las arcas de la Agencia Tributaria durante los tres primeros meses de 2012 constata claramente el efecto de la nueva recesión que azota a la economía española, en especial a la Comunitat Valenciana. Hacienda recaudó en el primer trimestre casi un 14 % menos en la autonomía en comparación con idéntico período de tiempo de 2011, al ingresar tan sólo 2.928,2 millones de euros, según constata el informe mensual facilitado por el Ministerio de Hacienda.

Mientras el Gobierno central aspira a aumentar sus cifras de ingresos respecto al año anterior, a la vista de los resultados logrados por el fisco hasta marzo parece poco probable que puedan cumplirse los objetivos trazados por el Ejecutivo de Mariano Rajoy a principios de año, ya que el Producto Interior Bruto (PIB) caerá hasta un 1,7 %. El desplome del consumo y de la actividad económica ha hecho caer un 5,6% los cobros de Hacienda en el conjunto de España, un porcentaje que representa la mitad del descenso obtenido en la Comunitat Valenciana. En esta autonomía, Castelló obtuvo el mayor desplome en la colecta fiscal (-22,4 %), seguido por Valencia (-14,2 %) y Alicante, donde fue menor (-8,1%).

Retenciones trabajo

La principal fuente de obtención de dinero de la administración central continúa siendo el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que ha generado 1.316,7 millones de euros en la Comunitat Valenciana hasta marzo, es decir un 5,8 % menos respecto a los tres primeros meses de 2011. Si se suman los ingresos obtenidos por los no residentes, el capítulo de impuestos directos (los que se pagan en función d los ingresos) anota un descenso del 9,2 %, según indica el último informe de la Agencia Tributaria. Tras el decreto del Gobierno del pasado 30 de diciembre -cuando aprobó el primer paquete de ajustes y subida de impuestos- las retenciones de trabajo son mayores y ya se notan en las nóminas de los trabajadores desde el pasado mes de febrero. De este modo, el desplome del IRPF recorta su avance desde este último mes.

También los ingresos por el impuesto de sociedades (el que grava los beneficios de las empresas) son inferiores si se comparan con los logrados en la primera parte del año 2011. El origen de este descenso se concentra en el mayor volumen realizado por devoluciones de cuotas y retenciones de capital mobiliario.

Menor consumo

El empeoramiento del consumo y la inversión, especialmente en bienes de equipo, también genera una claro empeoramiento en la bolsa del IVA, que ha generado 1.035,9 millones de euros, es decir un 19,6 % respecto a marzo de 2011. Este decenso duplica al anotado en el conjunto de España (-9,1 %). La crisis dispara los aplazamientos de los pagos de grandes empresas y de pymes. También las exportaciones han experimentado una ralentización que se nota en las arcas del Ministerio de Hacienda.

Los ingresos totales por impuestos especiales (gasolinas, alcohol tabacos o electricidad) moderan su disminución y tan sólo cayeron un 1,2 %. En marzo tuvieron un impulso tras las subidas de los impuestos del tabaco y el aumento de venta de cajetillas. En este concepto de impuestos el Estado consiguió embolsar 57,8 millones de euros.

Mayores retenciones en las nóminas

Mientras el déficit del Estado se dispara en el primer trimestre pese a los recortes y al aumento de los impuestos, las mayores retenciones en el IRPF de los trabajadores comienzan a tener su impacto en las arcas púbicas. La subida del IRPF aprobada por el Gobierno cuesta de media 222 euros anuales a cada contribuyente y recae en su mayor parte sobre las clases medias y bajas con ingresos por debajo de los 33.000 euros anuales, que representan el 85 % de los trabajadores, según datos de los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha). Este colectivo de profesionales de Hacienda acaba de proponer un conjunto de medidas para reducir el fraude fiscal, ajustar el déficit y reactivar la economía que permitiría aumentar en un 33 % la recaudación anual en España, lo que equivaldría a unos 53.900 millones de euros adicionales, la mayor parte de los cuales (casi un 80 % ) provendrían de la reducción de la economía sumergida en diez puntos. La piedra angular del plan propuesto por los técnicos de Hacienda pasa por la creación de un nuevo tipo impositivo para las grandes empresas -es decir, aquellas cuya facturación supere los 45 millones de euros-, que eleve del 30 % al 35% el gravamen aplicable a los beneficios que superen el millón de euros. j. l. z. valencia