El examen de las cuentas anuales de las dos principales cajas de ahorro fusionadas en 2011 para crear Bankia -Caja Madrid y Bancaja- revela un enorme volumen activos deteriorados como consecuencia de los riesgos en sus inversiones crediticias. En concreto, la entidad madrileña que presidieron Miguel Blesa y Rodrigo Rato durante los últimos años, reflejó en sus balances unos "créditos a la clientela considerados como deteriorados por razón de su riesgo" que se elevaban a 7.085,7 millones de euros, frente a los 3.689,2 millones de la firma gobernada entonces por José Luis Olivas.

Según el último informe presentado por la firma auditora Deloitte, un ochenta por ciento de estos activos tenían garantía hipotecaria en el caso de la entidad financiera madrileña, pero sólo un tercio en la de su compañera en Bankia. La exposición total de las cajas de ahorros al sector inmobiliario y constructor -una tendencia que también ha acompañado al resto del sector aunque en menor proporción que las firmas que impulsaron Bankia- ha deteriorado sus balances durante los últimos ejercicios hasta llegar a la situación actual, por la que el Banco de España y el Ministerio de Economía han exigido un plan de saneamiento a cambio de ayudas públicas.

En el caso de Bancaja, antes de la fusión, el capítulo correspondiente a los créditos aplicados a financiar inversiones de los hogares representaron el 40,37 %, un porcentaje al que hay que sumar otros 39 % relativo a las "actividades inmobiliarias y servicios empresariales". En estas partidas, un tercio correspondieron a adquisición de vivienda propia, 2,4 %, a rehabilitación y 0,65 %, a compra de terrenos y fincas rústicas. Además, la auditoría refleja que el volumen de créditos a la clientela de Bancaja el año anterior a la fusión alcanzó la cifra de 65.359 millones de euros. Así las cosas, el dinero prestado a sectores o particulares relacionados con la vivienda se situaría en 49.914 millones.

La exposición al ladrillo de Caja Madrid, pese a tener un mayor volumen de activos deteriorados, era menor, debido a un mayor proceso de diversificación de sus inversiones en otros sectores empresariales. La actividad de construcción y promoción pesaba un 17,3 % en su concentración de riesgos, aunque a esa cantidad hay que sumar el 19,6 % del ámbito financiero, mientras que un 27,7 % se reparte en otros sectores.

Según los datos del Banco de España, del total de la exposición de las cajas de ahorros al sector inmobiliario y constructor (217.000 millones de euros), 173.000 correspondían a inversión crediticia, que representa el 18 % del total del crédito concedido por estas entidades. Además, otros 44.000 millones correspondían a inmuebles adjudicados o recibidos en pago de deudas.

Mejorar el ritmo de ventas

Bankia espera duplicar este año el ritmo de ventas de su cartera de inmuebles, para así desprenderse de 9.000 activos, incluyendo pisos, plazas de garaje o trasteros, que ofrecerá con una rebaja superior al 27 %. El coste de estos activos deteriorados es de 6.069 millones de euros. El año pasado, el gigante formado por siete entidades de ahorro vendió 4.285 inmuebles, de ellos 1.361 sólo en el último trimestre, cuando ya se empezó a aplicar un descuento medio del 27 %.