Bankia aseguró ayer que cuando se repartió el folleto informativo para preparar su salida a Bolsa, en junio de 2011, avisó a los inversores sobre el «efecto adverso» que podría tener en el precio de las acciones su exposición al ladrillo y el «riesgo» de un aumento en los créditos morosos. Así consta en la Memoria de las cuentas de Bankia de 2011 auditadas por Deloitte, en la que la entidad argumenta que en dicho folleto advertía de la existencia de «factores de riesgo» que podrían afectar al negocio y su situación patrimonial. Todo ello, esgrime Bankia, podría degenerar en un «efecto adverso» en el precio de los títulos de Bankia, que se colocaron a 3,75 euros en el salto al parqué de la entidad. «Lo que podría llevar a una pérdida parcial o total de la inversión realizada», recoge la memoria.

«Un engaño a los accionistas»

Por su parte, la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae) consideró «una auténtica tomadura de pelo hacia los cientos de miles de depositantes reconvertidos con engaños en pequeños accionistas y una manifestación del nulo interés de Goirigolzarri hacia ellos», los planes desvelados por su presidente para sanear Bankia.

Para Adicae, las declaraciones del ejecutivo son un «cúmulo de eufemismos y mentiras». Y anticipó que en la junta general del 29 de junio, tendrá que explicar «todo lo que se ha negado a explicar hoy».

Adicae se plantea exigir la nulidad de la salida a Bolsa si tras analizar la reformulación de la cuentas en 2011 descubre «irregularidades perjudiciales» para los pequeños accionistas. No en vano, advirtió que Bankia «está dispuesta» a incurrir en los «mismos abusos» de la Oferta Pública de Suscripción (OPS) de 2011.