Un empresario de Tavernes Blanques ha denunciado por coacción y extorsión a Bankia después de que la entidad financiera le obligase presuntamente a comprar acciones del banco para concederle un crédito de 35.000 euros. Según la denuncia —presentada en el juzgado número 6 de Alzira como ampliación de la querella de otro empresario que ha llevado ante los tribunales a Bankia por los mismos delitos— el director de la oficina explicó a la presunta víctima que sólo le podría dar el préstamo ICO si destinaba 5.000 de los 35.000 euros solicitados a la compra de valores.

Fue en abril de 2011 cuando el propietario de esta pequeña sociedad (ha tenido un máximo de cuatro trabajadores) acudió a una sucursal de Bancaja en Valencia para solicitar «por necesidades de negocio» un crédito de 35.000 euros. Allí se entrevistó con el director quien, según la querella, «le indicó que era condición imprescindible para la concesión del crédito que destinara una parte a la compra de acciones de Bankia o, en caso contrario, no se le concedería préstamo alguno». La denuncia subraya que, dadas las necesidades de dinero de la empresa, «se vio obligado a acceder a la presunta extorsión efectuada por la entidad crediticia, y es por ese motivo por el que se le concedió el crédito de referencia».

«El director me garantizó que podía recuperar el dinero cuando quisiera, que sólo hacía falta que le llamara el día de antes —explicó ayer el denunciante a este periódico—. En cambio, lo que han hecho ahora es cambiarmelas por acciones de BFA para que yo pueda venderlas a un tercio de lo que me costaron. Ahora me han dado el 75% de las acciones y el resto me las darán en los próximos dos años».

La misma querella recuerda que no se trata de un hecho aislado. Precisamente, el denunciante decidió llevar su caso a los tribunales tras leer en Levante-EMV que el juzgado de Alzira había admitido la querella de otra firma a la que Bankia ofreció descontar pagarés por valor de diez mil euros a cambio de comprar acciones.

Por ello, el escrito de la mercantil de Tavernes concluye que «existió una estrategia por parte de la entidad financiera para obligar a personas que precisaban dinero y aprovechando su difícil situación econonómica, a obligarles a adquirir participaciones de la entidad financiera, bajo la presunta amenaza de no conceder los préstamos o cancelar las líneas de descuento de papel». El empresario invitó ayer a otros clientes de Bankia que se hayan visto en su misma situación a que también denuncien su caso».