La ampliación de capital del Banco de Valencia ha quedado prácticamente desierta. Los inversores minoritarios de la entidad financiera intervenida por el Banco de España desde el pasado mes de octubre tan sólo han invertido 1,5 millones de euros (lo que representa el 0,15 % del total) para aumentar su participación, según informó ayer el banco con sede en Pintor Sorolla a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En el período de la ampliación destinada a los pequeños accionistas estos han adquirido 7,52 millones de títulos de 0,2 euros de valor nominal. A la vista de esta situación, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancarias (FROB) tendrá que suscribir casi toda la ampliación de capital de Banco de Valencia, con lo que pasará a controlar el 91 % de la entidad que era filial del BFA, la entidad matriz de Bankia, que tampoco ha acudido a la ampliación. El FROB tendrá que hacerse cargo del resto de la ampliación de 998,5 millones, por lo que la entidad pierde la "valencianía" en su propiedad.

La deriva del sistema financiero tras la petición de rescate al fondo europeo ha sembrado de dudas el proceso de su subasta. Diversas fuentes financieras aseguran que la operación, prevista como muy tarde para julio hace unas semanas, no tendrá más remedio que demorarse a la vuelta del verano. Y es que el Gobierno ha encargado a cuatro auditoras que revisen si están bien clasificados los activos, lo que podría dar lugar a nuevos saneamientos incluso en entidades ya muy analizadas como el banco.

La subasta se demora

Esos informes no se conocerán hasta el 31 de julio. En consecuencia, la lógica indica que no será hasta la vuelta de las vacaciones de agosto que se reinicie la subasta. Y es que esas auditorías pueden variar sustancialmente la valoración final del banco pero también de sus posibles adjudicatarios, entre los cuales el Banco Mare Nostrum (BMN), integrado por las cajas de Murcia, Penedés, Granada y Sa Nostra, es el candidato con más opciones. Fuentes oficiales de esta entidad aseguraron ayer que, a la espera de ver cómo le afecta los informes de las auditoras, el interés por el banco valenciano se mantiene. Para BMN -al igual que para otros posibles participantes en la puja, como el Popular o Ibercaja- lo ideal sería que el Gobierno aplicara en este caso la fórmula por la que el Sabadell se quedó con la CAM: aportación pública a través del FROB, inyección del Fondo de Garantía de Depósitos y un esquema de protección de activos a 10 años. Otras fuentes consideran poco factible que la subasta se realice finalmente, porque no ven a ninguna entidad con la voluntad para correr ese riesgo.