Abengoa sigue en el ojo del huracán. Primero fue por el supuesto trato de favor del ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, a la empresa energética, de la que es consejero su excompañero de despacho, el valenciano Ricardo Martínez Rico. Y ahora por el fichaje del exgobernador de Nuevo México, Bill Richardson, que en su día se vió obligado a renunciar al cargo que le ofreció Obama en 2008 como secretario de comercio —tres semanas después de recibir al presidente de la Generaltiat, Francisco Camps— al verse involucrado en una adjudicación irregular a una empresa que había aportado fondos a la campaña electoral.

Pues bien, Bill Richardson, que en 2011 dejó su cargo público, está ahora en nómina del Consejo Asesor Internacional de Abengoa, después de que durante su periodo como gobernador de Nuevo México, iniciado en 2003, adoptase numerosas iniciativas fiscales y legales favoreciendo los biocombustibles en el estado, una rama energética en la que Abengoa, a través de su filial Abengoa Bionergy —de la que también es consejero Ricardo Martínez— tiene numerosos intereses. De hecho, la firma de la familia Benjumea, reabrió en 2010 la planta de Portales.

El presidente de Abengoa Bioenergy, Javier Salgado, recordó que la reanudación de los trabajos en la planta venía «respaldada por el firme apoyo que los líderes políticos del Estado de Nuevo México, incluidos los senadores por Nuevo México, Jeff Bingaman, y Tom Udall, han mostrado para la producción de etanol». La plantilla creció de 5 a 47 personas y a lo largo de 2011 logró un récord de producción, superando en 300.000 galones (más de un millón de litros, las cifras de años anteriores.

Durante el periodo de gobernador de Richardson, el estado de Nuevo México aprobó que el 15 % del consumo de combustible de los organismos estatales procediera de enrgías limpias, que el 75 % de los vehículos comprados utilizasen tecnología híbrida o biocombustibles o que el diesel tuviera un 5 % de biocombustible.

Abengoa también está inmersa en una investigación del comité de vigilancia del Gobierno por su proyecto de Mojave Solar (California), una planta termosolar de 280 MW que requiere una inversión de 1.600 millones de dólares, que recibió el apoyo de la Oficina de Garantías de Préstamos del departamento de energía norteamericano.

Curiosamente, Abengoa Solar Inc. PAC está inscrita en la Comisión de Elecciones Federales, un instrumento que agrupa donativos para las campañas electorales, lo que justificaría donativos a candidatos demócratas de varios estados, según desveló La Gaceta.

Camps, el Bigotes y el gobernador de Nuevo México

El exgobernador de Nuevo México ya se vio involucrado en una fuerte polémica en la Comunitat Valenciana a raiz del viaje del expresidente del Consell, Francisco Camps, en diciembre de 2008. La visita a Richardson, en la que éste se comprometió a «impulsar nuevas estrategias para incrementar la relaciones comerciales y abrir nuevos mercados» acabó en el sumario de la trama Gürtel, a raiz de una grabación en la que se desvela que Álvaro Pérez, el Bigotes, propuso a Camps a Robert Romero para que le abriera las puertas del gobernador de Nuevo México y entonces futuro ministro de Obama. En una conversación del Bigotes con Pablo Crespo, número dos de Correa, planifican el encuentro de Camps con Richardson, a través del abogado Manuel Delgado. En un momento de la conversación Crespo le dice a Pérez: «Tú, le consigues al curita una entrevista con ese tío tan importante —Richardson— y se le pueden caer las bragas a la Michavila y a todo el mundo en Valencia ¿Eh?.» Al final, el encuentro se celebró pero sin Álvaro Pérez, que se indignó por su exclusión. Camps lo negoció a sus espaldas con Ramón de Miguel —exsecretario de Exteriores con Aznar— y un primo de Delgado, que fue el contacto de éste en el equipo del Gobernador. El Consell desmintió que la trama organizara la cita. El Bigotes, el 12 de diciembre de 2008, cuatro días antes del encuentro de Camps y Richardson, estalla de ira ante el exdirector de TVV, Pedro García, al sentirse traicionado, llegando a decirle que pensaba presentarse allí. Camps, tres semanas después, supo que su entrevista de Richardson había caído en saco roto, ya que el gobernador había presentado su renuncia al departamento de Comercio del Gobierno Obama por su implicación en una adjudicación irregular.