La apertura de la ampliación del aeropuerto de Manises ha llegado en un momento complicado que podría condenar a la mayor parte de las nuevas instalaciones de la T2 a su infrautilización. Una semana después de su puesta en marcha sin inauguración, los 21 puestos nuevos de facturación continúan cerrados, al igual que los locales nuevos. Desde Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) se asegura que es cuestión de tiempo, que las aerolíneas prefieren esperar que pase el elevado volumen de pasajeros del verano para hacer los traslados, y que aún podrían transcurrir unas semanas hasta que se produjera la ocupación de los puestos de facturación.

Sin embargo, la situación es mucho más complicada. La nueva T2 ha abierto cuando las aerolíneas, especialmente las de bajo coste, que son las copan la mayoría de los vuelos desde la terminal de Manises, se encuentran inmersas en una política de recortes y ajustes por la reducción de pasajeros por la crisis, el incremento del precio del combustible y el aumento de las tasas aéreas, con lo que la opción de alquilar nuevos puestos se antoja complicada.

De hecho, la compañía con más vuelos en Manises, Ryanair, mantiene sus tres puestos de facturación y ni tan siquiera ha llegado a utilizar la zona en la pista que facilitó Aena para embarcar sin las pasarelas telescópicas, que se niega a utilizar para reducir costes.

El problema de partida de las nuevas instalaciones, cuyo acto de inauguración oficial fue suspendido por la ministra de Fomento, Ana Pastor, es que se proyectó hace cuatro años, para dar cobertura a un tráfico de siete millones de pasajeros, una cifra muy lejana a la actual, que roza los cinco millones. Precisamente en 2010 se adjudicaron las obras por 80 millones de euros, pero el proyecto tuvo que ser revisado para reducirlo a menos de 40 millones.

Actualmente, con los datos del mes de julio, el aeropuerto de Manises se encuentra en cifras muy lejanas de las previstas entonces y las perspectivas no son precisamente alentadoras. La caída de pasajeros de este año a cierre del mes de julio es del 5 %, casi un punto superior a la media española, mientras que las operaciones se han reducido casi un 20 % €el doble que la media española€, una diferencia justificada por la mayor ocupación de las aeronaves.

Asimismo, la caída de las operaciones, aún más pronunciada que la de pasajeros, convierte la ampliación de la superficie de la plataforma de estacionamiento de aeronaves en papel mojado. Las obras, con el traslado de la antigua plataforma de aviación general hacia la zona sur del aeropuerto, permite ahora disponer de 48 plazas de estacionamiento del tipo C €aviones del tipo Boeing B747 o Airbus A320€ para una media de 95 aeronaves que pasan a diario por las instalaciones €190 operaciones de aterrizaje y despegue diarios€, de las cuales un número importante se registra en la terminal y estacionamiento de vuelos regionales que utiliza Air Nostrum, que no se ha visto afectada por la ampliación. Conviene recordar que desde que se planificaron las obras, en 2008, se ha pasado de 97.000 operaciones anuales a unas setenta mil que se registrarán este año.