La alta percepción de riesgo ante los llamados "bonos patrióticos" ha provocado que cientos de miles de inversores españoles se hayan topado con dificultades para venderlos en el mercado, donde apenas hay demanda y las transacciones se saldan incluso con pérdidas del 15% de su valor.

Entre 2011 y principios de 2012, sólo la Generalitat Valenciana y la catalana emitieron 8.801,76 millones de euros en nuevos bonos destinados a pequeños ahorradores, quienes se hallan en un momento difícil para recuperar su inversión. De hecho, ante la falta de liquidez del mercado y las malas condiciones de las operaciones, su única opción a segura sería mantener los bonos hasta su vencimiento, puesto que su pago está asegurado por el momento.

Actualmente, las operaciones en el mercado secundario de deuda, donde los inversores negocian con estos activos, no llegan a a los 50.000 euros diaros, frente a los varios millones que mueven otros títulos. En el caso de los bonos valencianos emitidos en diciembre de 2011 con vencimiento a un año, el rendimiento para los compradores llegó la semana pasada al 24,59%, mientras que los vendedores sufrieron unas pérdidas cercanas al 7%. Máximo Buch, conseller de Economía, Industria y Comercio de la Generalitat Valenciana, aclaró que "existe escaso riesgo de default", ya que "el Ejecutivo central, durante los últimos seis meses, ha dado diferentes muestras de apoyo a las comunidades autónomas asegurando que no va a dejar caer a ninguna de ellas", como muestran los diferentes mecanismos de liquidez puestos a su disposición.