La patronal de la industria gasista española, Sedigas, calcula que la aplicación del "céntimo verde" -alrededor de 4 céntimos por metro cúbico- al gas natural provocará un encarecimiento del 10% en el precio final para los consumidores. El ministro de Industria, José Manuel Soria, anunció la semana pasada que la puesta en marcha de esta nueva tasa para reducir el déficit de tarifa eléctrico no se iba a aplicar a los carburantes de la automoción, como se había pensado en un principio -querían recaudar 1.500 millones anuales-, para no cargar más los precios de unos combustibles que ya se han disparado en las últimas semanas y señaló que el Ejecutivo se había decantado por gravarlo al gas natural.

La patronal gasista, sin embargo, entiende que la decisión de Industria es un error, al considerar que es "discriminatoria" y va a "distorsionar el mercado" y "reducir la competitividad del sector". Por el lo han reclamado una reunión urgente con el Gobierno.

En sendas cartas a los ministerios de Industria y de Hacienda, Sedigas argumenta que, según la normativa europea, esta carga impositiva no se puede aplicar a los ciclos combinados ni a las instalaciones de cogeneración, tecnologías cuya rentabilidad actual es "mínima o incluso negativa", porque no pueden ser gravadas por el combustible que utilizan. En cambio, defiende que sí se debería reflejar en la Tarifa de Último Recurso (TUR), si se aplica en el mercado libre. La patronal recuerda que el sector gasista representa un motor económico en España que contribuye con un 0,5% al PIB, con más de 13.000 millones de euros invertidos en la última década y 150.000 puestos de trabajo. Asimismo, alerta de que el ciudadano tendrá que afrontar una triple carga adicional (en electricidad, gas y precios de consumo) en un contexto de "enorme presión económica e impositiva".

Conviene recordar que a partir del 1 de septiembre, todos los recibos de servicios, como el gas, sufrirán una nueva subida como consecuencia del incremento del IVA general del 18 al 21 %.