"Mariano Rajoy (...) ha logrado éxitos durante décadas en política dejando que el tiempo resuelva los problemas. Parece creer que los problemas no se resuelven y que se disuelven con paciencia. Su Gobierno ha aplicado esta tesis a la crisis de la eurozona con resultados catastróficos". Así encabezan los economistas Luis Garicano (profesor de la London School of Economics) y Jesús Fernández-Villaverde (catedrático de la Universidad de Pensilvania) un combativo artículo sobre la política económica del Ejecutivo español que ayer publicó el diario británico "Financial Times".

Garicano y Fernández-Villaverde, ambos ligados a la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), de orientación liberal,y miembros del llamado Grupo de los Cien, avisan sobre el rumbo que, creen, guía al Gobierno del PP: "Esta estrategia es un camino hacia ninguna parte". Los siguientes puntos sintetizan las principales críticas y las propuestas que los autores lanzan desde el periódico de referencia de los mercados financieros.

Los economistas sostienen que Rajoy ya sembró las dudas sobre la solvencia de España al retrasar seis meses -hasta después de las elecciones autonómicas andaluzas y asturianas- la presentación de los Presupuestos del Estado de 2012. Y añaden que Rajoy recae en la misma estrategia fallida: "Ahora espera a que el Banco Central Europeo aclare sus acciones futuras mientras aplaza las reformas básicas solicitadas por la UE y deja que los problemas en los bancos y las autonomías se deterioren aún más".

El artículo alerta de que el contexto se agrava a gran velocidad y de que la confianza "se evapora". El problema económico puede mutar en una crisis política de calado: "La austeridad está restando apoyo a las reformas, ya que los votantes no perciben diferencia entre los recortes presupuestarios y las reformas estructurales. Peor aún, la crisis económica se está convirtiendo en una crisis constitucional, ya que algunas de las regiones españolas empiezan a considerar un impulso real hacia la independencia".

"El poder de negociación de España en Europa poco a poco se va agotando". Garicano y Fernández-Villaverde atribuyen al Gobierno el proceder de un tahúr condenado a perder: "La estrategia consistía en tratar de obtener financiación de la UE sin condiciones, con la amenaza de derribar el euro. Era un bluf. No se puede jugar el "juego de la gallina" ('game of chicken', competición entre dos automovilistas que circulan uno en dirección al otro y que termina cuando uno de ellos se acobarda y cambia de trayectoria) cuando usted conduce un coche y su oponente, el BCE, un tanque". Es una alusión al intento fallido del Gobierno de obtener el auxilio del Eurobanco para rebajar la prima de riesgo sin solicitar formalmente un rescate y sorteando las condiciones que exige Europa.

Salir del euro no es una opción. Garicano y Fernández-Villaverde salen al paso de quienes opinan que España tendría una oportunidad mejor fuera de la moneda única. "Empresas solventes e insolventes perderían el acceso a fondos externos", destacan.

Los autores ven aspectos positivos en las últimas respuestas de Europa para estabilizar la zona euro. Consideran "razonables" las condiciones del "préstamo" para sanear la banca y valoran el reciente pronunciamiento de la autoridad monetaria: "Lo más importante, el BCE ha indicado que aumentará de forma drástica su apoyo a España e Italia en el futuro próximo".

"Pero el éxito requiere un cambio radical en la política por parte de España", reflexionan Luis Garicano y Jesús Fernández-Villaverde. Sugieren a Rajoy tres pasos: "Diseñar una reestructuración rápida pero ordenada de la deuda de las empresas públicas, los bancos y los gobiernos regionales", imponiendo "pérdidas sustanciales en todos los acreedores de las instituciones solventes"; _"reiniciar un programa de profundas reformas estructurales centradas en la reducción de los obstáculos al espíritu empresarial y la creación de empleo" y, en tercer lugar, "elaborar un plan creíble de consolidación fiscal centrado en los objetivos a medio plazo en lugar de en arbitrarios objetivos a corto plazo". "El tiempo se acaba para abordar estas tareas", concluyen.