La firma valenciana de placas fotovoltaicas Siliken trasladará al exterior dos de las tres líneas de producción que aún quedaban en España. Así lo indicaron fuentes del comité de empresa que se encargó de negociar sin éxito el expediente de regulación de empleo (ERE) que, como avanzó ayer Levante-EMV, dejará en el paro a 96 de los 150 operarios de la planta de Rafelbunyol.

Por su parte, Siliken confirmó que ha decidido suspender el proceso de fabricación manual en Valencia, como ya hizo este año en Albacete y Canadá, aunque no quiso especificar si lo trasladará a alguna de las plantas que tienen en México y Rumanía. Según explicó el portavoz de la compañía, esta actividad genera pérdidas al impedir fabricar módulos por debajo del precio de mercado. La mercantil destacó que su objetivo es mantener «la mayor cantidad de empleo posible» y que por este motivo se conservará la única línea de articulación automática en Rafelbunyol, que «sí resulta competitiva en costes en el momento actual». Sin embargo, las fuentes del comité de empresa aseguran que el ERE también afecta a operarios del montaje automático.

Según fuentes sindicales, la firma ha externalizado doce de las quince líneas de montaje que operaban en Valencia en lo que va de 2012. Estas funcionaban en las instalaciones que alquilaba al grupo cítrico Fontestad, de las que se retiró hace un par de meses. El destino principal de estas líneas fue la fábrica que posee en Rumanía, donde se ensamblan más del doble de las placas fotovoltaicas que se articulan en España, señalaron estas mismas fuentes.

Unión Sindical Obrera (USO) denunció que cuarenta de los operarios incluidos en el ERE son la totalidad de trabajadoras que se encuentran embarazadas, de baja por maternidad o con jornada reducida por cuidado de menores, así como los empleados aptos con limitaciones. Al respecto, las fuentes del comité de empresa matizaron que se trata de un colectivo que tiene más libertad a la hora de elegir horarios. Esto contrasta con el ritmo de trabajo que exige la compañía, que implantó el sistema de turnos americano (de 24 horas al día, los siete días de la semana) hace un año.