El proceso de reestructuración del sistema financiero derivado de la grave crisis económica que arrancaba en el año 2009 - en la Comunitat Valenciana ha supuesto hasta el momento el cierre de 354 oficinas y un recorte de plantilla de 3.000 trabajadores- tendrá un impacto mayor en las localidades menos pobladas de la autonomía. Los próximos dessmantelamientos de sucursales por duplicidadesen las diversas entidades que han entrado en fusiones y absorciones (sobre todo las derivadas de la intervenida Bankia y Sabadell-CAM) podrían afectar a unos 222 pueblos de menos de 1.000 habitantes, así como otros 83 municipios de entre 1.000 y 2.000 residentes, lo que supone un total de 305 localidades. De este modo lo constata un estudio sobre el proceso de reestructuración y bancarización de las cajas de ahorro realizado por la Federación de Servicios de UGT.

Los futuros cierres de oficinas obedecerán a "otros criterios diferentes a los de duplicidad", como el de la rentabilidad económica, "obviando razones sociales que permitieron acceder al sistema financiero tanto a las las capas más desfavorecidas como a los pueblos más pequeños, asuntos que fueron la base del carácter fundacional de las cajas", criticaron ayer los dirigentes de la citada central sindical Xavier Tarazona y Félix Fernández.

El impacto de desaparición de entidades financieras en los pueblos más pequeños, sobre todo rurales, ha sido aminorado hasta ahora por la existencia de secciones de crédito de las cooperativas agrarias u oficinas de cajas rurales. Sin embargo, con el proceso de reestructuración iniciado hace tres años las cajas rurales también afrontar fusiones y absorciones -es el caso de Cajamar y Ruralcaixa-, también esas áreas pueden quedarse sin oficinas bancarias. En el valle de Ayora ya han cerrado la oficinas de Cajas Rurales Unidas (CRU) -las provenientes de Caja Campo- de Teresa y Zarra, cuyos establecimientos se han trasladado a Ayora.

Responsabilidades

La situación económica de las cajas y bancos valencianos parece desastrosa a la vista de los resultados de las entidades al cierre del ejercicio de 2011, en el que Bankia arrojó unas pérdidas de 3.300 millones de euros y CAM, con unos "números rojos" de 1.800 millones. Los procesos desbocados de crecimiento de las redes de oficinas de las dos grandes cajas valencianas propiciaron que las las plantillas de las mismas se consideren ahora "sobredimensionadas", lamenta UGT.

Bankia puso en marcha un ERE que afecta 1.400 empleados de la Comunitat Valenciana, Banc Sabadell-CAM negocia un expediente para 2.200 personas, mientras que CRU (Cajamar-Ruralcaixa) recortará 180 puestos de trabajo. UGT estima que Bankia podría recortar otros 10 % su plantilla. Tras la reforma laboral, los despedidos tendrán peores condiciones económicas.

La obra social y cultural de las cajas también tiene un futuro incierto tras perder la financiación aportada a través de los beneficios de las cajas. Las fundaciones (Bancaixa, CAM y Caixa Ontinyent) han pasado de un presupuesto conjunto de 141,6 millones de euros en 2009 a 45,3 millones, en 2012. Pero a partir de ahora, CAM y Bancaja tendrán que buscar otras vías de ingresos. "El sistema financiero valenciano ha desaparecido de un plumazo, sus dirigentes nos han llevado a la ruina, han salido con los bolsillos bien llenos y la Generalitat pierde un instrumento para reactivar la economía", lamentaba ayer Tarazona. UGT aboga por crear un grupo bancario publico con las entidades intervenidas.