La Comisión Europea aprobó ayer el plan de recapitalización de Bankia, a la que prestará 17.959 millones de euros para su definitivo saneamiento, pero, a cambio del dinero, le ha impuesto severos sacrificios que tienen su principal exponente en el abultado recorte de personal que tendrá que aplicar la entidad cofundada por Bancaja. En concreto, deberá reducir su plantilla en un 28 %, lo que significa recortar casi 6.000 puestos de trabajo, dado que el número de trabajadores tiene que bajar, de aquí a 2015, de los actuales 20.589 empleados a 14.500. Sin embargo, el presidente del banco, José Ignacio Goirigolzarri, aseguró ayer que los despidos se intentarán minimizar en lo posible, incluso en la cantidad final mencionada, que será "significativamente inferior". Así, una parte de las bajas laborales se absorberá a través de la externalización de servicios y de la venta de participadas. En este último caso, el City National Bank of Florida será puesto en el mercado por orden de Bruselas, lo que podría reducir el alcance de los despidos en España en 850 personas. Además, el comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, aseguró ayer que Bruselas no va a obligar a las entidades que le han pedido ayudas a que apliquen la reforma laboral en cuanto a las indemnizaciones, lo que abre la vía a una negociación menos conflictiva al poder superarse los veinte días por año trabajado de tope establecido por esa norma. Al respecto, Goirigolzarri, cuyo equipo mantuvo ayer tarde la primera reunión con los sindicatos, afirmó que la entidad no defenderá una posición "predeterminada".

La reducción de plantilla será una de las consecuencias de la decisión de la Comisión Europea de obligar a que Bankia cierre un 39 % de sus actuales 3.117 oficinas. Esto supone que, en 2015, la red de sucursales tendrá que estar entre las 1.900 y las 2.000, lo que implica una reducción de entre 1.117 y 1.217 establecimientos. El presidente de Bankia admitió ayer que la entidad preveía clausurar solo 650 oficinas y que entre las 400/450 de más a que le obliga Bruselas se encuentran muchas que son rentables. Fuentes oficiales del banco explicaron después a este diario que, de momento, la entidad no sabe cómo afectarán cierres y despidos a los distintos territorios de origen de las cajas que la fundaron-Madrid, Comunitat Valenciana, Canarias, Cataluña, La Rioja y Castilla y León- y a los que Bruselas pretende que se repliegue su negocio, si bien Bankia mantiene la voluntad de ser una institución financiera implantada en toda España. Lo que sí es seguro es que las oficinas redundantes y no rentables ubicadas en la Comunitat Valenciana se cerrarán. Y también alguna rentable.

"Nos dejaremos la vida"

Goirigolzarri aseguró ayer en rueda de prensa que él y su equipo se "dejarán la vida" para cumplir el plan estratégico y poder devolver hasta el último euro recibido. La previsión de Bankia, que en 2012 se anotará unas pérdidas récord próximas a 19.000 millones, es ganar 800 millones en 2013; 1.100 en 2014, cuando ya repartirá dividendos; y unos 1.200 en 2015. Sin embargo, para llegar a esa cifra, a la institución financiera le queda un duro camino en el que después de traspasar activos al banco malo, tendrá que reducir aún su tamaño un 20 % para conseguir que el balance del grupo sea un 60 % más pequeño que en 2010, tal como exige la Comisión Europea.

El grupo pretende destinar 24.800 millones a saneamientos, de los que 12.200 millones ya estaban dotados a cierre de septiembre, mientras que quedan pendientes unos 12.600, que en su mayoría -11.400 millones- deben acometerse en las próximas semanas, antes del traspaso de activos al banco malo, que será por un importe de 29.300 millones, con lo que, junto al descuento por precio en 27.900 millones y los 4.700 que le restarán en balance, se alcanzan los 57.200 millones que la entidad tiene en riesgo inmobiliario bruto.

Al final, Bankia espera tener un exceso de capital de 5.400 millones y una rentabilidad sobre recursos propios del 10 %. Además, prevé 52.000 millones de nuevo crédito hasta 2015, de los que el 84 % se destinará a nuevas empresas, el sector en el que pretende concentrar sus principales esfuerzos, junto a la banca minorista, en detrimento del sector inmobiliario y promotor.