El choque de trenes en Aguas de Valencia entre sus tres accionistas Fomento Urbano de Castelló, Banco de Valencia y Suez vivió hace un par de semanas un nuevo capítulo. Los responsables de participadas de Caixabank (futura propietaria del banco valenciano) visitaron la sede de Aguas para reunirse con su presidente Eugenio Calabuig (Fucsa) y conocer de primera mano la situación de la empresa.

El encuentro tuvo lugar después de que el consejero delegado de la entidad catalana, Juan María Nin, se reuniese con el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, con el objetivo de garantizar que La Caixa mantendrá «el singular carácter valenciano de Aguas de Valencia», así como la sede y la gestión en ciudad. Una petición que partió de los dos dirigentes políticos valencianos.

El presidente de Caixabank, Isidro Fainé, todavía no ha desvelado sus intenciones en Aguas de Valencia. La entidad catalana es también accionista de Aguas de Barcelona en compañía de la francesa Suez Environnement, que a su vez posee el 33 % de Aguas de Valencia y está enfrentada con Calabuig, ya que este le impide formar parte del consejo de administración por considerar que es competencia directa.

Hasta ahora, Eugenio Calabuig ha estado protegido por el pacto de accionistas con el Banco de Valencia que le otorga la presidencia y el control de la compañía. Sin embargo, el administrador provisional José Antonio Iturriaga está tratando de liberarse de sus compromisos y el FROB ha demandado a Calabuig y a los antiguos responsables del Banco de Valencia.

Fruto de esa demanda es el embargo del 7 % de las acciones de Inversiones Financieras Agval, sociedad conjunta de Fucsa y el banco propietaria de la mayoría de las acciones de Aguas de Valencia.

La irrupción de Caixabank en el triángulo con Suez deja en una situación delicada a Calabuig, que esgrime el pacto de accionistas con el Banco de Valencia para proteger su posición. Ese acuerdo le otorga además derecho de tanteo sobre las acciones del banco valenciano en el caso de Caixabank quiera desprenderse de la participación. Calabuig trasladó a los responsables de participadas de La Caixa, y por vía indirecta a Fainé, su deseo de comprar el paquete de acciones del banco en Aguas, una opción que Iturriaga rechazó.

Según fuentes conocedoras de las intenciones de Fucsa, Calabuig cuenta con el respaldo de otros empresarios valencianos y recursos suficientes para financiar la operación. La compra, según las mismas fuentes, permitiría mantener la «valencianidad» de Aguas de Valencia. Barberá ha pedido a Fainé en Aguas de Valencia «quede su gestión en la decisión de un consejo mayoritariamente valenciano».

La Caixa no enseña sus cartas

No obstante, La Caixa aún no ha mostrado sus cartas. Se desconoce si dará continuidad a los recursos del FROB y su usará su posición de accionista de Aguas de Valencia para reforzar Aguas de Barcelona o usarla como punta de lanza del asalto pendiente a la privatización del Canal de Isabel II de Madrid.