El AVE Valencia-Madrid se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para el aeropuerto de Manises y las aerolíneas que operan la ruta con Barajas. En dos años de funcionamiento el tren de alta velocidad ha conseguido comerse 760.000 pasajeros que utilizaban el avión. Si el primer año de funcionamiento del AVE ya fue duro para las compañías aéreas con la pérdida de 582.000 viajeros, el segundo, lejos de estabilizarse, ha continuado con la sangría y han desaparecido otros 180.000 pasajeros. La ruta Manises-Barajas cerró el año pasado con 262.473 usuarios, un 75 % menos que cuando se puso en marcha el AVE y un 40 % menos que en 2011.

Los tiempos en los que operaban hasta cuatro compañías -Iberia, Ryanair, Spanair y Air Nostrum- ofreciendo hasta veinte frecuencias diarias con la capital de España han pasado al disco duro de las estadísticas, al igual que la importancia del corredor aéreo con Madrid para el aeropuerto, que en 2010 representaba prácticamente el 20 % del tráfico total. Actualmente esta ruta ha pasado a ser prácticamente residual, representando un 5 % de los pasajeros, y ha quedado como una línea de conexión con vuelos los vuelos internacionales que parten de Barajas. De hecho, la mayoría de los pasajeros que utilizan Air Nostrum, vuelan desde Valencia para enlazar con rutas internacionales de Iberia -aproximadamente el 70 %-, de la que es una compañía franquiciada. Actualmente, la aerolínea de la familia Serratosa, inmersa en una importante reestructuración, solo opera con Madrid cuatro o cinco frencuencias diarias, cuando hace tres años llegó a tener entre nueve y diez, con picos de catorce, a los que había que añadir otros cuatro de Iberia con reactores de 200 plazas, tres de Ryanair y otros tres de Spanair hasta su quiebra.

Air Europa, que en octubre entró en la ruta con Madrid con cuatro frecuencias diarias operadas por la compañía Helitt, ahora solo hace dos con Privilege. Y gran parte del pasaje, al igual que ocurre con Air Nostrum, es de enlace para sus vuelos transoceánicos con Iberoamérica y el Caribe.

Para Air Nostrum, el corredor Valencia-Madrid "resulta muy difícil de rentabilizar, porque el tráfico de conexiones genera muy bajos ingresos". No obstante, en la compañía de los Serratosa indican que aún mantienen un pequeño porcentaje de "usuarios de punto a punto". Se trata de ejecutivos de empresas cuyas sedes se encuentran en el norte de Madrid, con buena comunicación con el aeropuerto de Barajas, y sus delegaciones están en los polígonos industriales cercanos a Manises.

Lo que sí parece mantenerse inamovible es el número de personas que se trasladan de Valencia a Madrid utilizando medios de transporte públicos. En 2008, el ferrocarril movía 930.000 pasajeros entre las estaciones de Atocha y del Norte y el avión cerca de un millón entre Barajas y Manises. Tres años después, y a falta de conocerse los datos oficiales del AVE, el volumen de pasajeros permanece prácticamente inamovible, pero con un cambio de tornas. Las aerolíneas, especialmente Air Nostrum, han movido 260.000 viajeros en el corredor, mientras que las estimaciones de viajeros en la alta velocidad "puerta a puerta" apuntan a cerca de 1.730.000 usuarios.