El colapso financiero de Bankia y su desplome bursátil han atrapado una decena de grandes fortunas españoles que apostaron en su día por la salida a bolsa de la entidad surgida de la fusión de Bancaja y Caja Madrid. Dos de los ricos del país más afectados han sido Alicia Koplowitz y Javier Botín, hijo del presidente del Santander Emilio Botín. La primera compró títulos de Bankia a través de su sociedad de cartera Omega Capital por valor de cinco millones de euros, la misma cantidad que invirtió el vástago de Botín con su patrimonial Inversiones Zulú y su firma bróker JB Capital.

La acción de Bankia salió a negociación al parqué a 3,75 euros e julio de 2011 y no ha dejado de perder valor desde entonces. Las millonarias pérdidas afloradas tras la salida de Rodrigo Rato de la presidencia y la incertidumbre sobre su verdadera situación patrimonial explican el hundimiento de los títulos, que ayer cotizaban a apenas 0,58 euros. La pérdida ha superado el 85 %.

Entre las fortunas que confiaron en Bankia está la del empresario valenciano Fernando Roig, dueño de Pamesa, que invirtió 300.000 euros. Según publicaba ayer Expansión, otros empresarios atrapados son Juan Miguel Villar Mir, que con el Grupo Villar Mir compró 3 millones de euros, el gallego Manuel Jove, que se gastó 1,5 millones a través de su Sicav, o Juan Luis Areces Galán, miembro de la familia fundadora de El Corte Inglés.

El financiero Fernando Fernández Tapias destinó 706.000 euros y Guillermo Morenés (M&B Capital Advisers), medio millón de euros. Juan José Hidalgo, dueño de Globalia, apostó 300.000 euros al éxito de Bankia, mientras que los propietarios de Transportes Azkar, la familia Fernández Somoza, invirtieron 250.000 euros.

Alguno logró salir a tiempo, como Koplowitz y Jove, que vendieron a finales de 2011, con la acción en 3,5 euros, un 7 % por debajo del valor de salida a bolsa. Otros como Villar Mira han perdido más del 80 % de la inversión.