La decisión del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) de interponer siete nuevas querellas a algunos altos dirigentes del Banco de Valencia (BV) y empresarios afines por haber causado un agujero de más de 500 millones en el balance de la entidad bancaria ha caído como un jarro de agua fría entre los responsables.

Todos los implicados consultados declinaron dar su versión de los hechos, quizá a la espera de conocer por escrito -todo apunta a que las querellas serán impuestas durante la presencia semana- los cargos que se les imputan.

Domingo Parra, consejero del Banco de Valencia de 1994 a 2011, su sucesor Aurelio Izquierdo y Eugenio Calabuig, presidente de Aguas de Valencia son los primeros nombres que han salido a la palestra. Pero, no son los únicos.

También se ha especulado con la posible entrada en escena de Jose Luis Olivas, expresidente del Banco de Valencia y de los empresarios a los que la entidad prestó grandes sumas de dinero en las principales macro-operaciones que lastraron las cuentas: Polaris World, Metrovacesa y la Reva.

La primera de las operaciones supuso un agujero de 164 millones. Banco de Valencia adquirió en 2006 el paquete accionarial del fundador de la inmobiliaria, Facundo Armero, emitiendo a su vez préstamos participativos por valor de 132 millones de euros en un movimiento solapado.

La operación relacionada con la compra de Metrovacesa también podría estar presente en algunas de las siete nuevas querellas presentadas por el Frob.

En esta caso, salta a la palestra el grupo inmobiliario Bautista Soler. El conocido promotor, junto a su hijo Juan Soler, habría recibido préstamos por más de 300 millones de euros para intentar adquirir la firma Metrovacesa en una pugna con la familia Sanahuja. Al final, habrían llegado a un acuerdo, obteniendo acciones de la inmobiliaria francesa Gecina. Banco de Valencia habría asumido gran parte de las pérdidas de la sucesión de movimientos.

El último gran proyecto financiado con fondos de Banco de Valencia que también investiga el Frob se refiere al complejo inmobiliario bautizado como La Reva y las pérdidas del BV superan los 130 millones. La nómina de implicados aumenta en este caso con otros nombres, aparte de los Soler. Los movimientos de la familia Gallego -propietarios de Llanera-, Salvador Vila, Javier Soler y José Soler Crespo también podrían formar parte de la investigación. También entrarían el empresario inmobiliario Fernando Polanco y el notario Carlos Pascual (Faverch Internacional).

Las siete nuevas querellas son una puntilla para la tortuosa situación que vive el Banco de Valencia, una entidad sumida en el caos en los últimos años.