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El director general de CaixaBank Marcelino Armenter fue nombrado ayer nuevo presidente del Banco de Valencia, el último que tendrá la entidad, dado que las previsiones de la institución catalana son absorberlo en el plazo de cuatro meses, es decir, hacia el verano. El nuevo consejo de administración, nombrado en la junta de accionistas de ayer, designó también al director territorial de CaixaBank en la Comunitat Valenciana y Murcia, Bibiano Martínez, como nuevo director general, cargo en el que sucede al ejecutivo que había nombrado el FROB tras hacerse cargo de la entidad, José Antonio Iturriaga. El consejo está integrado por hombres del banco catalán, incluido el presidente de Feria Valencia, Alberto Catalá, designado por ser consejero en una participada por CaixaBank y único valenciano en el órgano de gobierno. El nuevo presidente se incorporó a La Caixa en 1985. Hasta entonces había trabajado en Hidroeléctrica de Cataluña y en Arthur Andersen. Desde su incorporación al banco ha desempeñado diversos cargos en empresas del grupo, como director de Control y Auditoría en GrupCaixa, subdirector del área de Participadas de La Caixa, consejero delegado del Banco Herrero o, desde el año 2001, director general de CaixaHolding. Un perfil ajustado a su nuevo cometido en Banco de Valencia.

El consejo, como ha quedado dicho, tendrá una vida fugaz, dado que desaparecerá una vez que se consume la absorción del Banco de Valencia. CaixaBank no aclaró ayer una de las incógnitas que se mantienen sobre el futuro de la entidad, es decir, su marca comercial, aunque todo indica que se mantendrá en una primera fase, como ha sucedido con las cajas integradas en Banca Cívica, también absorbida por CaixaBank. Además de llevar la gestión diario de la entidad valenciana, otro de los cometidos que tendrá que realizar el consejo es determinar qué oficinas de cada una de las dos entidades en la Comunitat Valenciana se cierra.

CaixaBank aseguró ayer tarde en un comunicado que su volumen de negocio en la Comunitat Valenciana y Murcia alcanza los 26.200 millones de euros, con 900.000 clientes activos y una plantilla de 2.300 trabajadores. Según la nota, el Banco de Valencia aporta al grupo catalán 20.000 millones de volumen de negocio y 289.000 clientes activos. La entidad reiteró ayer su propósito de apoyar la expansión de las empresas valencianas.