Hieráticos, con flema británica pero cariacontecidos, los once integrantes del consejo de administración de Bankia, con José Ignacio Goirigolzarri a la cabeza, soportaron ayer cinco horas de auténtico chaparrón de reproches, lamentos e insultos de un nutrido grupo de accionistas minoritarios afectados por preferentes, obligaciones subordinadas y otros productos híbridos. Numerosos asistentes aprovecharon su presencia en la junta de accionistas celebrada en el Palacio de Congresos para descargar verbalmente su frustración por la pérdida de sus ahorros.

Desde el primer minuto en que Goirigolzarri se acercó al atril para leer su discurso de balance de gestión comenzaron las protestas en el auditorio principal, hasta el punto de que resultaba complicado escuchar las palabras del presidente del banco nacionalizado. «Sinvergüenza, ladrón, devuelve el dinero», gritaba un grupo de unos cincuenta asistentes con la clara intención de reventar la intervención del banquero.

Una hora antes del inicio de la junta, afectados de preferentes liderados por Adicae, integrantes del sindicato SATE (en su día mayoritario en Bancaja) y de la CGT y miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y de Stop Desahucios se habían concentrado frente a las puertas del Palacio de Congresos reclamando soluciones a sus problemas.

Tras finalizar el discurso de Goirigolzarri se inició un turno de intervenciones que estuvo abrumadoramente copado por afectados por la venta de preferentes o subordinadas (muchos se calificaron a sí mismos como «accionistas forzosos») o inversores que han visto reducido al mínimo el valor de las acciones que compraron con la salida a bolsa de julio de 2011. Se registraron 133 peticiones de intervención, aunque finalmente subieron al atril habilitado unas ochenta personas. «Tengo que felicitarles por sus nervios de acero y por su hieratismo», llegó a afirmar una accionista, Trinidad Marchante, por la actitud encajadora de los integrantes del consejo de administración. Las intervenciones fueron una sucesión de relatos sobre experiencias personales ligadas a la pérdida de ahorros o inversión en Bankia. Laura de los Santos relató que Bankia había convertido en 2012 a su madre, antigua poseedora de preferentes, en accionista pese a haber fallecido en 2011. Esa circunstancia, la de clientes que se habían encontrado con un canje del producto híbrido por títulos del banco sin su consentimiento, fue denunciada en varias intervenciones. En su única réplica tras el turno de intervenciones, Goirigolzarri pidió disculpas al caso de la madre fallecida.

María Rosario Hermosell detalló su caso, que consistía en la pignoración de sus ahorros para un préstamo. Según dijo, ha perdido su dinero y explicó que podría servirle para evitar el desahucio de una de sus hijas. También contó que tiene otras hija con esclerosis múltiple y una tercera que vive en casa. «No tienen estómago», gritó un asistente en plena intervención de Hermosell.

José Escudero manifestó que tras vender varias propiedades puso 300.000 euros «en un plazo fijo y ahora no aparece nada. Se compran los trajes con mi dinero», señaló.

Un prejubilado procedente de la antigua Bancaja, José Cámara, intervino para pedir «perdón» a «clientes, amigos y familiares a los que vendía preferentes». Cámara se declaró «colaborador necesario de la mayor estafa de la historia de España». Además dijo que se han producido despidos «injustos» en el Expediente de Regulación de Empleo de Bankia y reclamó la dimisión de Antonio Soto, director territorial del banco en la Comunitat Valenciana, y de Cristina Ripollés, responsable de recursos humanos.

Un invidente, Antonio Orts, muy activo durante toda la junta, llegó a quitarse la ropa y quedarse en calzoncillos. «¡Así me habéis dejado!», espetó.

Los abogados de colectivos y asociaciones que representan los intereses de afectados del banco no perdieron la oportunidad de soltar su diatriba. El expresidente de la ONCE, Miguel Durán, denunció que se hubieran hecho quitas «a esta pobre gente» mientras se garantizaba el pago del 100 % la deuda "senior" a los bancos holandeses y alemanes de la señora Merkel».

Ricard Torres, de Apabanc, dijo que al arbitraje de preferentes no soluciona el problema Manuel Pardos, de Adicae, afirmó que a su juicio Goirigolzarri y su equipo «también irán a la cárcel. Y el letrado Santiago Viciano dijo no entender cómo Bankia abría un proceso de arbitraje reconociendo sus errores mientras gastaba dinero en procesos judiciales.