La siderúrgica alemana Thy­ssenKrupp ha convocado el próximo lunes a los trabajadores de Galmed en Sagunt para dar inicio a la tramitación del despido colectivo de los 165 empleados que conforman la plantilla y el consiguiente cierre de la planta dedicada al galvanizado de chapa. Este anuncio confirma los peores augurios, ya que, pese a que la multinacional había asegurado que hasta finales de 2014 estaba abierta a una oferta de compra, los acontecimientos han demostrado que su intención no es vender la planta, sino llevarse a Alemania el mercado de Galmed.

Uno de los detalles que más indignación ha causado entre los responsables políticos y sindicales de El Camp de Morvedre es que el anuncio del inicio del periodo de consultas coincidió ayer con el reconocimiento del gerente de la galvanizadora, Wolfgang Born, de la presentación formal por parte del conseller de Economía, Máximo Buch, de la opción de compra adelantada la semana pasada en una reunión en Alemania. A este respecto, sólo indicó a los miembros del comité de empresa que se está evaluando.

Esta coincidencia «no es sólo una falta de respeto a los trabajadores —señalan desde CC OO— si no también hacia los esfuerzos de las administraciones públicas, especialmente del gobierno valenciano, por continuar con esta actividad industrial en Sagunto». Esta forma de proceder de los alemanes, según el sindicato, demuestra que «son unos embusteros», ya que la dirección de Thyssen llegó a plantear la recolocación de los 165 empleados de la planta en otras fábricas del grupo, pero ahora convoca al comité de empresa para despedirlos a todos.

En esta línea se expresaba también el alcalde de Sagunt, Alfredo Castelló, quien destacaba la «mala fe» con la que está actuando el grupo alemán. «Se demuestra que desde el primer día está engañando, porque su único afán es controlar desde Alemania la producción siderúrgica de Europa. Se trata de un reparto de mercados —añadía el también diputado en Les Corts— un abuso que la legislación comunitaria no permite, así que tenemos que insistir en la intervención del comisario de la competencia».

El alcalde de Sagunt contactó ayer mismo con el conseller Buch, quien le ratificó la presentación formal de la oferta de compra y le trasladó su intención de seguir trabajando en esa línea para resolver el conflicto y continuar con la producción de una planta que ha dado beneficios incluso en los años más duros de la crisis.

Alternativas

Tras el anuncio de ayer, las reacciones se sucedieron. Desde las filas socialistas se insistía en las «alternativas políticas y económicas» para impedir «un efecto dominó que afecte a más empresas» de la comarca. Bloc Compromís, mientras, calificaba la actitud de Thyssen como «desleal» y también cargaba contra «el poco peso» de los gobiernos estatal y autonómico para «salvar» la industria de la Comunitat Valenciana.

En algo en lo que coinciden todas las posturas es en la necesidad de que los trabajadores de Galmed y toda la comarca se hagan oir el próximo miércoles en Madrid con motivo de una reunión de la dirección de Thyssen. Con este objetivo, CC OO ha organizado una caravana de autobuses con la que tratará de movilizar a los empleados de la planta y a todos aquellos que quieran sumarse a la protesta.