El personal de Ferronats Air Traffic Service, el consorcio formado por Ferrovial y la británica Nats, se ha hecho cargo desde las cinco de la madrugada de ayer de las operaciones de aterrizaje y despegue del aeropuerto de Manises. Aunque la hora prevista para que los controladores de AENA traspasaran las operaciones al personal de Ferronats estaba previsto entre la medianoche y las dos de la madrugada, periodo durante el que estaban cerradas las pistas, finalmente tuvo que retrasarse como consecuencia de la llegada de un avión con órganos para realizar trasplantes.

A partir de hoy, el servicio de control de la torre lo prestará una plantilla de doce personas, en lugar de las veintiuna que había hasta ahora dependiente de AENA. Estos últimos controladores se irán incorporando progresivamente a sus nuevos destinos -no aceptaron las condiciones de trabajo que les ofrecía Ferronats para incorporarse a su empresa- que serán los centros de control aéreo de Madrid, Barcelona, Sevilla y Palma y la torre de Málaga.

El traspaso de la torre de Valencia no ha estado exento de polémica. Tras su adjudicación a Ferronats se contempló reducir la plantilla de los 21 controladores que había con AENA -20 en realidad, porque uno de ellos estaba en comisión de servicios en otra torre- a diecisiete. Sin embargo, después de que cinco de los diecisiete candidatos no consiguieran superar las evaluaciones tras el periodo de formación en la torre, se aprobó que funcionara con doce personas. Desde el ministerio de Fomento precisaron que el recorte de plantilla del operador privado había sido supervisado y aprobado por la agencia de seguridad aérea AESA. El proceso de transición ha sido criticado en numerosas ocasiones por el sindicato de controladores USCA, al considerarlo "precipitado". También han cuestionado la formación de los nuevos operadores.