La aerolínea valenciana Air Nostrum registró durante el año pasado unas pérdidas globales de 29.146.000 euros (41 millones antes de impuestos). Así lo confirma el reciente informe de cuentas remitido al Registro Mercantil por la compañía de la familia Serratosa Luján. La firma encadena dos años negativos, acumulando pérdidas netas por valor de 39 millones de euros.

De hecho, Air Nostrum sufrió una caída de 80 millones de euros en su facturación anual durante 2012. Así, el importe neto de la cifra de negocio pasó de los más de 546 millones ingresados en 2011 a los 465 millones del ejercicio 2012.

Fuentes de la empresa apuntaron ayer a Levante-EMV que «las cifras son similares a nuestras previsiones, ya que en noviembre ya adelantamos que tendríamos pérdidas de este calado. Hemos ejecutado un plan de reestructuración que nos permitirá ser viables en 2015». Dicha iniciativa causó el cierre de un total de 14 rotaciones, pasando de las 42 conexiones del ejercicio 2011 a las 28 del año pasado.

Aeronaves más «eficientes»

A su vez, la aerolínea también comenzó un proceso de renovación de parte de su flota, sustituyendo las aeronaves de 50 pasajeros de capacidad por otras más «eficientes» y de mayor número de plazas.

Desde Air Nostrum comentaron que «ya hemos devuelto varios aviones, a la vez que hemos alquilado aeronaves a compañías de Europa o de países emergentes que tienen rutas donde los reactores de 50 plazas sí son rentables».

Uno de los últimos movimientos ha sido la cesión de cuatro reactores CRJ200 a la aerolínea regional danesa Wideroi. A su vez, también se ha transferido un CRJ200 a la aerolínea Binder, que cubrirá trayectos aéreos entre el norte de África y las Islas Canarias. Estos movimientos complementan la devolución de seis aviones de 50 plazas en 2012 y las negociaciones para ceder varios aviones a una aerolínea regional argentina y a otras firmas con base en Sudamérica.

El plan de renovación de la flota también originó, por otra parte, que la aerolínea valenciana optara por adquirir once nuevos CRJ1000 —con capacidad para cien pasajeros y más eficientes— y seis ATR72600, con un módulo total de 72 plazas. Con estas decisiones, la capacidad media de los aviones de Air Nostrum en 2012 pasó de 62 plazas a 72 pasajeros por ruta.

Desde la aerolínea explicaron que «las circunstancias del sector aeronáutico y del mercado han cambiado. El flujo de pasajeros y el ingreso por usuario han disminuido mientras aumentaban de forma ostensible costes como las tasas aeroportuarias en algunas zonas y los carburantes. Debemos adaptarnos a la nueva situación y esto pasa por centrarnos en las rutas que sí son rentables a través de vuelos con mayor ratio de usuarios».

A su vez, las mismas fuentes apuntaron que «en el año 2009 ejecutamos un plan de acción y conseguimos sacar beneficios un año después. Esta crisis está durando mucho tiempo y debemos actuar para poder estar preparados. Nuestra previsión es que volveremos a contar con un balance positivo en el ejercicio 2015».

Por último, el plan de reestructuración de Air Nostrum también conllevará un ajuste salarial para toda la plantilla de la firma. Los gestores de la compañía prevén un ahorro global de 22 millones de euros. De momento, la falta de acuerdo con el sindicato de pilotos (SEPLA) ha causado que la iniciativa no se haya aprobado. Fuentes de la compañía confirmaron a Levante-EMV que «la búsqueda de rentabilidad y competitividad es un objetivo ineludible del que no podemos desmarcarnos. Por ahora, hemos alcanzado un acuerdo con el 73 % de la plantilla para bajar salarios y no tener que despedir a nadie».

La firma y el Sepla se reunirán tres veces en las próximas semanas

Además de por los resultados negativos, el ejercicio 2012 de Air Nostrum estuvo marcado por el conflicto laboral causado por la negociación de un recorte de los salarios con la plantilla. Fuentes de la empresa confirmaron a este diario que en las próximas semanas se han pactado tres reuniones con el Sepla y, aunque declinaron poner una fecha límite, apuntaron que «para llegar a un acuerdo con los mecánicos organizamos once encuentros y con el resto de profesionales nos reunimos una media de diez veces. Ya llevamos 32 citas con el Sepla y la cordura debe prosperar. Los pilotos deben entender que el sector ha cambiado, que los pasajeros pagan menos y los costes son mayores. Deben hacer sacrificios y no vivir en el pasado. No pueden mantener todos sus privilegios cuando la crisis lo ha cambiado todo».