Los valencianos seguirán pagando a través de sus impuestos las faraónicas obras de ampliación de Feria Valencia durante los próximos años. La Generalitat tiene todavía comprometidos con cargo a ejercicios futuros más de 358 millones de euros destinados a cubrir el principal y los intereses de los créditos que la institución solicitó para acometer su plan de modernización. Así queda reflejad en la Cuenta General de la Administración autonómica, donde figura que solo en 2012, tuvo que desembolsar 34 millones de euros con destino a Feria Valencia. 12,7 millones sirvieron para pagar intereses y 12,2 millones el principal. Aparecen además otros dos desembolsos: uno de 2,4 millones dentro del capítulo de subvenciones de la Conselleria de Economía y otro de 3,2 millones que salieron de la partida de gastos diversos, las dos cantidades dirigidas a pagar también las obras.

El cuadro de compromisos de gasto con cargo a presupuestos de ejercicios posteriores recoge la hipoteca que la Generalitat tiene con Feria Valencia. A partir de este año la cifra suma 358,3 millones de euros destinados a cubrir el pago pendiente de la ampliación. El importe es bastante superior al que el Consell tiene en avales y riesgo vivo con la entidad que preside Alberto Catalá, que a 31 de diciembre de 2012 alcanzaba los 238,8 millones de euros.

Por ejercicio, este año Feria Valencia debe recibir 24,9 millones de euros para pagar principal e intereses de sus préstamos, el año que viene 24,7 millones, 24,5 millones en 2015 y otros 24,2 millones en 2016. En anualidades posteriores la Generalitat aún deberá desembolsar 260 millones de euros.

O lo que es lo mismo, mientras Feria Valencia languidece por la falta de actividad y hay quien sostiene que su crisis es estructural, los valencianos seguirán pagando durante años unas obras de ampliación que ahora parece que eran innecesarias. La Feria ha tenido incluso que alquilar uno de sus pabellones a Teyoland para rentabilizar sus espacios.

Estas cantidades no incluyen partidas económicas que la institución recibe periódicamente para colaborar en su actividad. Por ejemplo, el año pasado recibió 140.000 euros como apoyo al plan de compradores internacionales. También fue receptora de otros 35.000 euros del plan de ferias de la Comunitat Valenciana.

Pese a estas inyecciones, Feria Valencia no encuentra la fórmula para tratar de salir a flote. El año pasado perdió 4,5 millones de euros y su cifra de negocio se redujo un 23 %. La nueva dirección impuesta por las organizaciones empresariales Cierval y CEV está tratando de reorganizar el funcionamiento de la institución. La gran operación para tratar de mantener a flote la estructura de eventos es la fusión de las ferias del Hábitat y Cevisama, que busca frenar la sangría de expositores en el sector del mueble.

La asfixia financiera de Feria Valencia ha llegado al nivel de que necesita urgentemente un aval de la Generalitat que le permita firmar un crédito con el BBVA de unos 3,5 millones y7 sortear sus tensiones de tesorería. Este verano, los trabajadores vieron reducida en un 25 % su nómina de junio y se quedaron con la paga extra pendiente. La Generalitat sigue sin dar luz verde al aval y exige un plan de viabilidad a Feria.