Bancaja, presidida desde enero de 2004 por José Luis Olivas, triplicó la remuneración total de Aurelio Izquierdo tras su nombramiento en septiembre de 2007 como director general de la entidad. Según la documentación aportada a la causa por la crisis de Bankia que instruye en la Audiencia Nacional el juez Fernando Andreu, Izquierdo obtuvo una retribución global de 733.639 euros en 2007, un ejercicio que lo inició como director general adjunto con responsabilidad en el área financiera. La cifra está ligeramente por debajo del salario que percibió su antecesor hasta septiembre de ese año, Fernando García Checa, y que ascendió a 862.010 euros. Al año siguiente, el primero en que Izquierdo ejerció como director general durante todo el ejercicio -un nombramiento derivado de su total sintonía con Olivas, a diferencia de García Checa, quien llevaba en el cargo desde 1998-, el alto ejecutivo pasó a cobrar 2,16 millones de euros, es decir, el triple.

Según la citada documentación, el incremento se debió a que su sueldo pasó de 677.490 a 1,15 millones y a que su póliza de jubilación subió de 49.590 euros a un millón justos. A este respecto, conviene mencionar que la poliza de García Checa en 2007 fue de 61.028 euros y que, en 2008, la del número dos ejecutivo, Juan Zurita -percibió globalmente 501.231 euros-, era de 19.335. La de otros altos directivos, con salarios de entre 140.000 y 350.000 euros anules, rondaban los 5.000 euros. La remuneración de Aurelio Izquierdo fue creciendo en los siguientes años: 2,46 millones en 2009 y 2,54 en 2010. Además, cobraba dietas por representar a la caja en otras entidades, como los 72.000 euros de Iberdrola Inmobiliaria en 2009 o los 37.800 de NH Hoteles el mismo año. El año 2010 fue el último ejercicio de Bancaja, que, carcomida por una pésima gestión, se vio forzada a integrarse en el SIP creado ese mismo año con Caja Madrid y otras cinco pequeñas cajas que coformó Bankia, a resultas de cuya crisis desapareció la valenciana. En 2011, como consecuencia de los acuerdos de integración, Izquierdo ocupó la dirección general de Negocio en Bankia hasta que, muy deteriorada su posición en la entidad, Olivas lo envió en octubre al Banco de Valencia, donde fue consejero delegado y presidente hasta la intervención de este en noviembre. Después volvió a Bancaja como director financiero, donde en 2012 obtuvo una retribución de 57.678 euros. Sigue vinculado a la fundación. En junio de 2012, renunció a parte de la indemnización de 13,9 millones que le correspondía. Aceptó no cobrar 6,3 millones del seguro de prejubilación, pero conservó los 7,6 de la pensión. Está imputado en los casos Bankia y Banco de Valencia.